The Times
Martes, 29 de junio de 2010
MUJER CONDENADA INJUSTAMENTE POR INFANTICIDIO, ABSUELTA
Dorne Llewellyn, de sesenta y tres años, de Port Talbot, salió ayer en libertad del Juzgado Real de Cardiff, tras haber sido declarada inocente en segunda audiencia de la muerte del niño de nueve meses Benjamin Evans, acaecida en 2000. La decisión de absolver a la acusada fue tan unánime como el veredicto de culpabilidad del primer proceso. En abril de 2001, en la misma sala, el fiscal convenció a los doce jurados que la señora Llewellyn mató zarandeando al pequeño Benjamin mientras lo cuidaba. Pasó por ello nueve años en prisión.
La señora Llewellyn es una de las muchas mujeres condenadas a causa de la declaración pericial de la doctora Judith Duffy, que fue asesinada en octubre del año pasado. En el momento de su muerte, la doctora Duffy estaba siendo investigada por falta de ética profesional. Según su declaración, lo que demostraba que Benjamin había sido zarandeado era una hemorragia cerebral, pero la perito no dijo que había indicios de otras hemorragias. El segundo jurado fue convencido por cinco peritos médicos designados independientemente de que no había base para condenar a la señora Llewellyn por homicidio intencionado, pues solo había cuidado al niño en una ocasión y las hemorragias cerebrales eran anteriores. La señora Llewellyn, sus amistades y sus familiares lloraron de emoción al salir del juzgado, una vez que oyeron el veredicto de «inocente».
Laurie Nattrass, presidente de JPCI, ha declarado en nombre de la señora Llewellyn: «El jurado ha puesto de manifiesto su profundo desdén por esta demente e infundada acusación de asesinato al reaparecer con un veredicto unánime de inocencia después de deliberar excepcionalmente durante cuarenta minutos. Deberíamos felicitarnos por este triunfo de la justicia sobre sus enemigos». El señor Nattrass añadió: «En la actualidad, el enemigo más peligroso es Tom Astrow, a quien solo podemos calificar de criminalmente idiota». El profesor Astrow, presidente de la Comisión para la Revisión de Casos Criminales, ha propuesto que en determinados casos en que se discuta la posibilidad de malos tratos infantiles, el jurado y los periodistas abandonen la sala mientras el juez analiza las pruebas médicas con dos peritos. El profesor Astrow declaró el lunes a The Times: «Un jurado profano no está capacitado para asimilar las complejísimas discrepancias entre peritos en lo relativo a temas médicos».
El señor Nattrass no está de acuerdo: «La propuesta de Astrow es una insensatez de la peor especie y otro aterrador subproducto de la fiebre de falsas acusaciones sembrada por Judith Duffy y su paranoica cohorte de pediatras en busca de culpables. Excluir jurados por la suposición de que son demasiado lerdos para entender las pruebas médicas es claramente inmoral, así como injusto. El doctor Russell Meredew, Oficial de la Orden del Imperio Británico y autor de algunos de los más brillantes artículos que se hayan escrito sobre muertes súbitas infantiles, califica de idiotez supina la declaración de Judith Duffy en el primer juicio de Dorne Llewellyn. Incluso un profano puede entender eso. En vez de desestimar a los jurados por imbéciles y excluirlos, ¿por qué no se excluye a los peritos parciales, taimados y arrogantes? ¿Qué clase de sistema judicial es el que espera que los jurados lleguen a un veredicto cuando, para que no se despisten, se les impide conocer pruebas que se consideran demasiado polémicas? En cuanto a echar a los periodistas de la sala, apenas puedo creer que alguien que ocupe un cargo como el que ocupa Astrow pueda defender en pleno siglo XXI esta vuelta al oscurantismo. JPCI luchará con todos sus recursos para que las propuestas de Astrow se entiendan como lo que son, barbaridades que hay que rechazar». No contamos con ningún comentario del profesor Astrow, ya que no pudo ser localizado.