Delante de la cabaña en la isla Elefante
Frank Hurley descansa, apoyado en el «salón». «[La cabaña] supone una decidida mejora y constituye un paso hacia una existencia más fácil de soportar en condiciones climáticas tan duras. Los veintidós miembros del grupo duermen en este reducido espacio, cómodamente pero como sardinas». (Hurley, diario).