El 20 de abril, Shackleton anunció que intentaría pilotar el James Caird, de seis metros de eslora, hasta San Pedro, a unos mil trescientos kilómetros de allí. McNish se afanó de inmediato en adaptar el barco para la monumental travesía. El 21 de abril, McNish escribió en su diario: «Toda la tripulación está ocupada despellejando y almacenando pingüinos; algunos, reparando los aparejos del Caird, dos cosiendo lona para la cubierta. Marsten, McLeod y yo estamos preparando el Caird… Hay cinco en la lista de enfermos, algunos con problemas de corazón, otros con síntomas de congelación y uno chiflado». El negativo de esta foto ha sido retocado, pero al parecer más para destacar los detalles que han perdido nitidez que para cambiarlos.