Capítulo 48

Las noticias que publicaban los periódicos de la Antigua República Yugoslava de Macedonia sobre el resultado de los análisis de Rh y ADN de buena parte de la población del país constituían una de las curiosidades del día y figuraban en las escaletas de todos los resúmenes de prensa de los grandes canales de televisión europeos.

Hasta la CBS y la NBC, canales, por lo general, renuentes a incluir en sus escaletas noticias de fuera de Estados Unidos, habían editado alguna «pieza» resumiendo el tema.

Las televisiones destacaban que el periódico de mayor tirada del país balcánico relacionaba los resultados del análisis con la información publicada días atrás en Italia sobre las reliquias del evangelista San Marcos custodiadas en la gran basílica de Venecia. El periódico apoyaba aquella información con otra, reproduciendo un polémico artículo publicado por el Frankfurter Allgemeine Zeitung en el que se decía que los restos del conquistador macedonio habían sido trasladados desde Alejandría a Venecia a principios del siglo IX d. C. creyendo que eran los del evangelista San Marcos. El artículo lo firmaba un historiador alemán, el profesor Alfred Wagner.

Lo había titulado «La tumba de Alejandro» y en él reafirmaba su teoría sobre la identidad de las reliquias custodiadas en el sarcófago que está bajo el altar mayor de la basílica de San Marcos de Venecia. Citaba a Andrew Chugg, un investigador británico que también había publicado un libro en el que planteaba esa posibilidad. Wagner repasaba la historia del Soma, el itinerario seguido por el cuerpo del conquistador, desde que fue embalsamado en Babilonia hasta su posterior traslado a la ciudad egipcia de Alejandría. Explicaba su teoría según la cual, para salvarlos de la destrucción a manos de una turba de cristianos fanáticos, los restos del rey macedonio habían sido deliberadamente confundidos con los del evangelista San Marcos. Luego repetía la historia oficial conocida de los dos mercaderes venecianos: Rustico da Torcello y Buono da Malamocco, quienes, burlando a los musulmanes dueños por aquel entonces de la ciudad, habían robado el cuerpo para traerlo hasta Venecia. La novedad del artículo, en realidad la gran aportación, era que el profesor apoyaba sus conclusiones en un documento hasta entonces inédito cuyo original —según decía— se guardaba en la biblioteca del monasterio bizantino del Gran Lavra que está en el Monte Athos.

Las agencias habían recogido todas aquellas noticias, pero a lo que más importancia daban era a la conclusión que habían establecido los responsables de la presentación del informe diciendo que la mayoría de la población tenía un ADN similar al del rey Filipo de Macedonia, prueba que venía a demostrar —concluían los patrocinadores del informe— que la Macedonia histórica y la actual eran una sola, porque, según decía el editorial de uno de los periódicos de más tirada de Skopie: «Si dos personas tienen ADN mitocondriales muy similares, es porque tienen un parentesco más cercano; tienen un antepasado común que vivió en un pasado más reciente. El ADN —añadían— transporta literalmente la información genética esencial de los cuerpos de nuestros antepasados. Noventa y tres generaciones han transcurrido desde los tiempos del rey Filipo de Macedonia (veinticinco años por generación) y ese hilo, el ADN transmitido de generación en generación, es, al tiempo, un elemento físico (una sustancia química) y un símbolo de proximidad, de afinidad, entre los miembros de un mismo clan. Somos los descendientes de la Macedonia de Filipo y Alejandro».

La noticia de agencia también refería que el trabajo de investigación había sido posible merced al mecenazgo del financiero Mirko Lauer, un hombre que había hecho fortuna en América, pero nunca había roto sus vínculos con su tierra natal.

Todos publicaban la misma foto del magnate: una imagen en la que su gran talla rematada por una abundante mata de pelo intensamente blanco y lo fiero de la mirada conferían a su figura el aspecto de un Moisés airado captado tras descender del Sinaí y a punto de romper las Tablas de la Ley.