Mi corazón se agita en mi interior
y espantos de muerte me asaltan,
Temor y temblor me invaden
y el pavor me envuelve.
Y digo: ¡Quién me diera plumaje cual el de la paloma!
¡Remontaría el vuelo y posaría!
He aquí que me alejaría huyendo
moraría en el desierto.
Me apresuraría a hallar un refugio
contra el huracán y la tormenta.
SALMO 55