En el día de los muertos, cuando también el año muere,

Deberá el más joven abrir las más antiguas montañas

A través de la puerta de las aves, donde cae el viento,

Allí el juego volará del muchacho cuervo

Y de los ojos de plata que ven el viento,

Y la Luz tendrá el arpa de oro. Junto al lago alegre yacen los Durmientes,

En la Vía de Cadfan donde el cernícalo llama;

Aunque tristes sombras del Rey Gris caerán,

Sin cesar de cantar el arpa de oro guiará

A despertarlos del sueño exhortándolos a cabalgar.

Cuando regrese la Luz de la Tierra Perdida,

Los seis Durmientes cabalgarán, los seis Signos arderán,

Y donde el árbol de pleno estío crezca alto

Por la espada del Pendragón caerá la Tiniebla.

Y maent yr my nyddoedd yu canu,

Ac y mae’r arglwyddes yu dod.