Otoñal está el campo,
Silente y húmedo:
¡Largo y desolado el camino!
¡Todo está gris!
¡Arrástranse por el bosque,
Donde, cual trineo
Caído contra un tilo
Fielmente te aguarda
La primera nevada!
Hace noche ahí fuera,
Fría y cruda,
Los que en casa estábamos
Bien que nos sentíamos.
Como largas prendas
Puestas a teñir
Las sendas del campo
Entrecrúzanse,
Tablas sobre el foso
El arroyo cubren.
Caen densas tinieblas,
Cada vez más densas.
La última luz muere,
Cayó la nube.
En vano otea el caminante;
El confuso camino
De curvas sembrado;
Y el caminante piérdese
En un laberinto.
Pero lejos álzanse
Farolas gemelas,
Rojas, miran aviesas,
Se abalanzan;
Dos caballos negros,
Dos chalecos gualda;
Y una dama dentro
Guiña, tienta,
Pasa la visión.