ULULAN LOBOS

Ululan lobos en Skansen,

Los hielos mugen en el mar,

Las piñas crujen en la cuesta,

Por nieve temprana oprimidas.

Ululan lobos en el frío,

En la ciudad canes respóndenles;

El sol se puso al mediodía

Y noche atisba en pleno día.

Ululan lobos en la noche,

Y las farolas su luz dan

Como aurora boreal en lo alto

Sobre los montones de casas.

Ululan lobos en los fosos,

Han probado sangre y les tienta,

Monte añoran y bosque virgen

Al ver arder boreal aurora.

Ululan lobos en el monte

Hasta enronquecer de odio,

Y les damos por libertad

Cautividad y celibato.

***

Reposa el viento, cae la calma, el reloj municipal da las doce;

Silentes trineos hienden nieve como por suelo tapizado.

Sonó la campana del último tranvía, ni un solo perro óyese en la calle,

La ciudad duerme, apáganse farolas, no se mueve una ramilla en los árboles;

El nigérrimo cielo nocturno como terciopelo extiende su infinita profundidad,

Orion y la Osa mayor acechan al borde del abismo[248].

Extinguiéronse los hogares, sólo a lo lejos percíbese humo;

Del obelisco de una chimenea surge cual de gigantesca cocina:

Es de un panadero que prepáranos de noche nuestro diario pan matinal.

El humo sube, perpendicular; y en este momento tíñese de rojo.

¡Es fuego!,

¡Es fuego!, ¡es fuego!, ¡es fuego!

Candente esfera roja asciende como luna llena;

Y la incandescente rojez tórnase blanca y gualda surgiendo cual girasol de su periantio.

¿Es el sol que sale entre negras nubes de ese mar de casas

Donde cada tejado es peine contra oleadas negras como la tumba?

Y ahora arde el cielo, ¡cada torre, cada cúpula de la ciudad,

Cada espira o hasta, cada callejuela, cada atajo luce como el día!

Cada cable, cada hilo de cobre vuélvese rojo como en el harpa las notas bajas[249],

Y en las fachadas cada cristal se enfoguece y las chimeneas nevadas relucen como ardiente leña.

¡Ni sol ni luna!, ¡nadie dispersó luces de artificio!

¡Es fuego!, ¡es fuego!, ¡es fuego!

***

Mas en el monte que hace un instante yacía en tinieblas, hay luz, hay vida.

De los fosos lobunos surge un ulular como de bestias acuchilladas,

De miedo y venganza; ansia incendiaria es, sanguinario goce.

Alégrase la gente al oír en vulpina cueva retumbantes risotadas, siniestra y jubilosa es la gente.

Y en la úrsida jaula exultan plantígradas danzas entre gruñidos cual de cerdos sacrificados.

Pero en el linceo vivar reina el silencio y sólo vese el albo relucir de regocijados colmillos.

***

¡Y las focas estriden sus lamentos, ¡lamentos sobre la ciudad!

Gritos cual de ahogados en el mar.

Mientras todos los perros ululan en coro;

¡Laten, gañen, ladran,

Tiran de sus cadenas, cadenas,

Cantan, lloran, gimen

Como espíritus malditos!

Sólo ellos, los perros, sienten lástima,

¡Que compasión inspíranles

Sus amigos humanos!

Despiertan ahora los alces, príncipes de los nórdicos bosques,

Agrúpanse, aprestan sus largas zancas,

Lánzanse al trote en el escueto espacio

Que ábrenles sus cadenas,

Golpéanse contra los postes de la valla

Cual gorriones contra el cristal;

Desconcertados, mugen,

Preguntándose si amaneció ya

Un nuevo día como los otros,

Tan mortalmente largo

Ni otro visible aliciente

Que preceder a la noche.

En la pajarera renace la vida:

Las águilas graznan y aletean,

Ensayan sus gastadas alas

En impotente arrebato de altura,

Se golpean el cráneo contra los barrotes,

Picotean las rejas, trepan, arañan

Hasta caer finalmente por tierra,

Donde yacen, tullidas,

Con lacias alas cual de hinojos.

De hinojos, orantes,

Ansiosas del golpe de gracia

Que devuélvalas al aire

Y a la libertad.

Los halcones silban, se agitan

Como volantes bólidos: acá y allá;

Los buharros laméntanse

Cual niños dolientes.

Las mansas ocas salvajes despiertan

Y entonan con tenso cuello

Un acorde de cuernos pastoriles.

Los cisnes nadan mudos

Cazando al vuelo entre carámbanos

Revoloteantes llamitas

Cual pececillos de colores.

Por la superficie del estanque.

Quedan inmóviles e hincan la testa

Agua negra adentro:

Los albos cisnes

Picotean, raudos, el fondo

Para evitarse ver

Cómo se enciende el cielo.

***

Vuelven tinieblas, las sirenas[250]

Silencio imponen a ciudad y campo;

Humosa nube extiéndese sobre urbano contorno

Cual dibujo de inmensa mano negra.