En la Avenida de Neuilly[23]

Se encuentra una carnicería

Y yo, si voy a la ciudad,

Siempre la veo en mi camino.

El gran escaparate abierto

De rojísima sangre luce

Sobre blancas losas de mármol

Donde hay carne recién cortada.

De la puerta de cristal cuelga

Hoy un corazón de ternera

Que, envuelto en papel rizado,

Parecía latir de frío.

Retrotraje entonces mi mente

A mi viejo bazar de Norrbro,

Cuya hilera de escaparates

Mujeres y niños contemplan.

Allí, en el de la librería,

Hay un librillo mal vestido.

Otro arrancado corazón

Que, meciente, de un gancho cuelga.