Reposa el viento, espejo es la bahía,
Duerme el molino, amaina vela el barco.
Sueltos los bueyes pastan por el verde.
Todo se apresta para el día de asueto.
Cubren el bosque vuelos de perdices,
toca el mozo la harmónica en el hórreo.
Bárrense gradas, se rastrillan patios,
Macetas riéganse, y se atusan lilas.
Sobre el arriate yacen muñequitas
Bajo multicolores tulipanes.
Su hora el balón acecha entre la hierba,
La trompeta en el balde yace ahogada.
Ya se cierran las verdes claraboyas,
Guárdanse llaves, córrense cerrojos,
Apaga el ama la última bombilla,
Pronto dormirán todos en la casa.
La tibia noche estival se adormece,
Exhausta, la veleta no da vueltas;
Pero en el mar aún rugen los vagidos
De las tormentas de estos días últimos.