Recuerdas,
Éramos reales amanuenses
Obsesionados por ideales,
Ni a Zola ni a Spencer leíamos
Y el realismo era trimestral.
Recuerdas,
Si el banco nos prestaba un duro
Comíamos ostras y buen vino
Y un puro nos anestesiaba.
Rosado era nuestro futuro.
Recuerdas,
Escribíamos para el teatro
Al son del patio de butacas:
Como un café y su buen coñac
O un dulce con queso de postre.
Y ahora
Somos viejos. Tú ya no cantas,
Te consuelan tus subscriptores.
En tu despacho das el callo,
Piensas: non canit plenum venter.
Y yo
Ya no escribo la bella prosa,
Me sumo en la lengua diaria.
La justicia social me enciende
Y doquier me siento en peligro.
Y ahora
Como y bebo flojo y barato,
Procreo y no voy por los bares.
Tú aún comes ostras con tu moza
Y a tus ideales sigues fiel.