Os jactáis de una alegre juventud,
Viejos que criticáis ahora a los jóvenes
Y a dulce pugna siempre estabais prestos
Y en canto y vino el ideal cifrábais.
Triste y cansada tribu sois ahora:
Sólo en cuidaros vuestro blanco veis.
Nacidos, cual nosotros, de una orgía
Mejor sabréis cómo esas cosas pasan.
Nadie se alegra de pagar las culpas
Ajenas. En alcohólico grosor
Acabásteis sumiéndoos, y por eso
Son ahora tan esbeltos vuestros hijos.
De los años cuarenta las promesas
Nos pasasteis, y sífilis y culpas,
Chupasteis luego vuestras golosinas
Y royendo ideales nos dejasteis.
Soñadores, echasteis discursitos
Por Polonia, Finlandia y Dinamarca.
Con ideales nosotros no soñamos:
Callados contemplamos el futuro.
Ponche y carne bebisteis y comisteis
Por nuestra trinidad escandinava,
Y como esa unidad quedó en charleta,
La humanidad nosotros preferimos.
Inquerido legado ser pudiera
El nuestro, como pegadiza fruta:
Herencias hay que a la tercera o cuarta
Generación acosan a sus víctimas.