Ford encontró lo que buscaba en Topsham, Maine: un pequeño centro comercial abierto hasta tarde. Frenó ante una tienda de electrónica, entró y compró un disco duro cualquiera. En el Kinko's de al lado imprimió la serie de imágenes de la carpeta MÁQUINA DE DEIMOS, tras eliminar cuidadosamente cualquier referencia a la propia Deimos, y las metió en su maletín. Después usó los ordenadores del establecimiento para grabar en cuatro DVD la serie de imágenes relevante de la carpeta MÁQUINA DE DEIMOS. Por último, fue a unos grandes almacenes y compró acetona, pintura blanca de esmalte, un rollo de cinta de pintor, un marcador negro, una caja, papel de embalar marrón y plástico de burbujas.
Al volver a su coche usó la acetona para borrar todas las etiquetas, logos y números de serie del nuevo disco duro. Después pegó un recuadro de cinta en un lado, lo pintó con el esmalte blanco y lo puso debajo de la calefacción del suelo, al máximo de su potencia.
Mientras se secaba, fue a buscar materiales de envío al buzón de FedEx y escribió una nota:
La contraseña es alamierdaNPFl. Mire todas las imágenes de la carpeta MÁQUINAS DE DEIMOS, y la serie de imágenes radar R-2756-2760. SON IMÁGENES AUTÉNTICAS, SIN MANIPULAR. Representan un arma extraterrestre al fondo del cráter Voltaire de Deimos, una de las lunas de Marte. El arma disparó contra la Tierra el 14 de abril, y esta noche contra la Luna; ya ha visto los resultados. Es la mayor noticia científica de todos los tiempos. Mire las imágenes y lo entenderá. Si no lo publica de inmediato, recibirá una orden judicial, ya que se trata de información de alto secreto.
La puso en un sobre cerrado, que pegó con cinta adhesiva en un lado del disco duro original. Después envolvió el disco con varias capas de plástico de burbujas con papel de embalar, y escribió por fuera:
¡IMPORTANTE! PROPIEDAD DE MARTIN KOLODY, DIRECTOR DE LA SECCIÓN CIENTÍFICA DE THE WASHINGTON POST. EN CASO DE PÉRDIDA, SE RUEGA DEVOLVER LO ANTES POSIBLE. SE REEMBOLSARÁN TODOS LOS GASTOS.
Pensó un instante y añadió:
«500 DÓLARES DE RECOMPENSA GARANTIZADOS POR SU DEVOLUCIÓN EN BUEN ESTADO».
A continuación rellenó un formulario de envío de FedEx. Como destinatario puso un nombre y una dirección completamente falsos. Como remitente escribió un nombre falso, pero que era la verdadera dirección de un «hotel boutique» bien gestionado de Washington que no quedaba lejos de la redacción del Post.
Puso los cuatro DVD en paquetes normales y los mandó al director de la sección científica del New York Times, al director de Scentific American, al presidente de la National Association for the Advancement of Science y al presidente de la National Academy of Sciences. Escribió un resumen de la situación, para adjuntarlo a cada uno de los paquetes, y les pegó adhesivos de Media Mail, con el franqueo requerido.
Introdujo los paquetes de FedEx en el buzón. El disco original tardaría tres o cuatro días en llegar a manos de Kolody: un día para que FedEx se diera cuenta de que la dirección no era correcta, uno o dos para devolverlo al hotel, y uno más para que el hotel lo entregase a la redacción del Post. La confusa cadena de entregas del paquete mientras estaba en tránsito haría difícil seguirle el rastro o interceptarlo; por otra parte, el nombre de Kolody no aparecería en ninguna base de datos de FedEx. El disco sería la prueba, y los DVD copias de seguridad, por decirlo de alguna manera; seguros, por si el disco original se lo quedaba la policía. Del Media Mail no se podía hacer el seguimiento, y también tardaría como mínimo tres o cuatro días en llegar a su destino.
Después Ford fue a un cajero automático, sacó quinientos dólares, los envolvió bien y los introdujo en otro sobre de FedEx, que esta vez remitió directamente a Kolody. Incluyó una simple nota:
ESTO ES EL PAGO POR LO QUE PRONTO RECIBIRÁ
Así se aseguraba su atención. Al cabo de cuatro días, la verdad saldría en primera página del Washington Post, y por fin el mundo se enteraría de lo que pasaba.
Esperó fervientemente que no fuera demasiado tarde.
Volvió a su coche, tras echar el sobre al correo. La espectral luz de la luna, entre amarilla y verde, bañaba el aparcamiento. Se detuvo un instante a mirar cómo evolucionaba el espectáculo. El chorro de materia había empezado a orbitar en torno al satélite, adoptando el perfil curvo de una cimitarra. Toda la luna aparecía rodeada por un halo brillante y difuso. Por delante de la luna vio pasar rápidamente nubes negras, cuya sucesión dibujó sombras en el mundo. Se respiraba un aire denso. Un relámpago cortó el ciclo a lo lejos, y medio minuto más tarde se oyó un trueno distante. Olía a humedad y a ozono. Se estaba fraguando una tormenta de verano, que se movía rápidamente.
Al volver a su coche, miró el nuevo disco duro y vio que el esmalte ya se había secado. Entonces cogió el marcador y estampó la misma información que había llevado el disco original:
#785A56H6T 160Tb
CLASIFICADO: NO DUPLICAR
Propiedad de NPF
Instituto Tecnológico de California
Dirección Nacional de Aeronáutica y del Espacio
Se lo guardó en el maletín y regresó a la carretera interestatal, con destino al aeropuerto y a Washington.