Se reúnen los chiquillos y las chiquillas. Cantan en los desvanes canciones prohibidas. Van a destruir el viejo mundo, dicen, van a construir un mundo nuevo.

—¿Un mundo nuevo? ¿Y cómo es ese mundo nuevo?

—Ellos sabrán, querida Xiko, ellos sabrán. Pero escucha, acerca el oído. Dicen que para construir ese mundo nuevo se va a derramar sangre.

—Esto me lo creo. Un puente nuevo, cuando se construye, exige un sacrificio, cuando no todo un mundo.

—Un gran sacrificio.

—¡Qué cosas me dices, Dios mío, qué cosas me dices!