Escuchad los tambores que vuelven a sonar
por todos los verdaderos soldados y caballeros,
dejad, os digo, que nos alistemos y marchemos,
cruzando las montañas y más allá.
Cruzando las montañas y cruzando el mar,
hasta Flandes, Portugal y España,
el rey Jorge ordena y nosotros obedecemos,
cruzando las montañas y más allá.
Cruzando ríos, ciénagas y manantiales
viviremos como reyes,
y día y noche nos haremos con el botín
cuando crucemos las montañas y más allá.
Cruzando las montañas y cruzando el mar,
hasta Flandes, Portugal y España,
el rey Jorge ordena y nosotros obedecemos,
cruzando las montañas y más allá.
Tendremos, pues, una vida más feliz,
quitándonos de encima a nuestros mocosos y esposas,
que no dejan de reñirnos día y noche,
cuando crucemos las montañas y más allá.
Canción incluida por primera vez en una obra de teatro de 1706 como una sátira sobre los soldados. A finales del siglo XVIII se convirtió en una de las marchas preferidas por el Ejército británico.