«EN UN JARDÍN FLOTANTE / CAMBIA EL PASADO»
Discutían en el cuarto de estar.
—Escucha, si tu puñetero trabajo es… tan importante.
—¿Y qué quieres que haga?
—¡Lo sabes de sobra!
—¡Me mato a trabajar por los tres!
—No me vengas con esa gilipollez.
Y en ese momento la vio. Asomaba la cabeza por la puerta, llevaba su osito Pa Broon agarrado por la oreja raída y se chupaba el dedo. Volvieron su mirada hacia ella.
—¿Qué pasa, tesoro?
—He tenido un sueño feo.
—Ven —dijo la madre poniéndose en cuclillas y abriendo los brazos.
La niña echó a correr hacia su padre y se acurrucó entre sus piernas.
—Vamos, cielo, voy a acostarte.
La abrazó y empezó a contarle un cuento.
—Papi —dijo la pequeña—, ¿y si me duermo y no me despierto, como Blancanieves o la Bella Durmiente?
—Nadie duerme para siempre, Sammy. Con un beso se los despierta. Contra ello nada pueden las brujas ni las hadas malas.
La besó en la frente.
—Los muertos no despiertan —replicó ella abrazándose fuerte a Pa Broon—, aunque los besen.