Agradecimientos

Este libro, como el anterior, ha sido posible gracias a la suma de muchos esfuerzos y afectos. Dado que no sé si volveré a tener esta oportunidad, quisiera dar las gracias a todas las personas que me han acompañado en el proceso, de una u otra manera.

A mis padres, Rafael y Nieves, por enseñarme el equilibrio entre tener los pies en el suelo y elevarme a varios palmos; a mi hermana Adriana por su generosa fe en mí; a los viejos amigos que siguieron de cerca o de lejos la redacción y me ayudaron: Izas, Jaime, Adriana, Pere, Ángela, Santi, Jesús, Galder, Igor, Ada, Angel, Pablo y los Parretis Rafa y Mario; a Pedro de Hipérbole, mi primer lector apasionado; a los valientes libreros valencianos que me quisieron con ellos en Gaia, Shalakabula, Ramón Llull, Slaughterhouse (con Chef), Odisseu y Cosecha Roja; a los que corrieron la voz; a la familia del Cantábrico y del Mediterráneo.

Debo una mención especial a la gente de Libros del Silencio, sobre todo a mi editor, Gonzalo, que se fijó en mí, supo orientarme y me hizo vivir un sueño. No me olvido de Irene (con carácter retroactivo), Marc y Pablo, que trabajaron mucho durante semanas y me trataron con amistad y respeto. Qué enorme talento tenéis todos.

Gracias a Koldo Asua por iluminar el camino.

Y gracias a Ana Cristina por muchísimas razones, desde a Quinta da Regaleira hasta hoy, ahora, cuando alguien está leyendo esta página.