De día unas aves fantásticas volaban
en la selva petrificada, y
unos cocodrilos enjoyados centelleaban como
salamandras heráldicas a orillas
del río cristalino.
De noche el hombre iluminado
corría entre los árboles,
los brazos como ruedas de un carro de oro,
la cabeza como una corona espectral…