Peter Stagg no despertó hasta la noche del día siguiente. Con todo, fue el primero de su grupo en despertarse, a excepción de uno. Este era el doctor Calthorp, que se hallaba sentado junto a su capitán.
—¿Cuánto tiempo hace que estás aquí? —preguntó Stagg.
—¿En Baltimore? Te seguí de cerca. Vi tu carga montado en el ciervo contra la sacerdotisa… y todo lo que sucedió después.
Stagg se sentó y lanzó un gemido.
—Me siento como si me hubieran estirado todos los músculos del cuerpo.
—En efecto, así ha sido. No te dormiste hasta aproximadamente las diez de la mañana.
Pero has de sentir algo más que dolor muscular. ¿No te duele mucho la espalda?
—Un poco. Siento como si algo me quemara en su parte inferior.
—¿Nada más? —las blancas cejas de Calthorp se enarcaron—. Bien, entonces no me queda más remedio que afirmar que las astas sirven para algo más que para segregar hormonas filoprogenitivas en tu sangre. También sirven para reparar células. —¿Qué significa todo eso?
—Significa que la noche pasada un hombre te clavó una navaja en la espalda. Sin embargo, parece ser que no te afectó demasiado, y ahora la herida esta totalmente curada. Desde luego, la navaja no penetró en tu cuerpo más de una pulgada. Debes tener unos músculos increíblemente sólidos.
—Tengo un vago recuerdo de eso —dijo Stagg. Hizo un gesto—. Y de lo que le sucedió después al hombre.
—Las mujeres lo despedazaron.
—Pero, ¿por qué me atacó?
—Parece ser que estaba mentalmente desequilibrado. No le gustó el enorme interés que mostraste por su mujer y te clavó una navaja. Por supuesto, cometió una horrible blasfemia. Las mujeres utilizaron uñas y dientes para castigarle. —¿Por qué dices que estaba perturbado?
—Porque lo estaba; al menos, desde el punto de vista de su cultura. Nadie en su sano juicio se opondría a que su mujer cohabitara con el Héroe Solar. Por el contrario, sería un gran honor, porque el Héroe Solar normalmente dedica su tiempo solamente a las vírgenes. Sin embargo, convertiste la noche anterior en algo excepcional. Te dedicaste a toda la ciudad… o lo intentaste, por lo menos.
Stagg suspiró y dijo:
—Anoche fue peor que nunca. ¿No hubo más personas despedazadas de lo habitual?
—No puedes acusar de crueldad a los baltimoreanos. Fuiste tú quien empezó a hacer grandes bestialidades cuando arrollaste a aquella sacerdotisa. A propósito, ¿qué fue lo que te inspiró aquella acción?
—No lo sé. Solo puedo decir que en aquel momento me pareció una buena idea. Creo que pudo ser mi subconsciente que me impulsaba a tomar venganza contra los responsables de esto.
Y se tocó las astas con la mano. Luego clavó la mirada en Calthorp. —¡Judas! ¿Por qué has estado ocultándome cosas?
—¿Quién te lo dijo? ¿Esa chica?
—Sí. Pero no importa. Vamos, Doc, suéltalo. Aunque duela. No voy a hacerte daño.
Mis astas son el signo visible de si estoy en mi juicio o no. Y ya puedes ver lo fláccidas que están.
—Comencé a sospechar la verdadera dimensión de los acontecimientos en cuanto llegué a comprender el lenguaje —dijo Calthorp—. Sin embargo, no estuve seguro hasta que te insertaron esas astas en la cabeza. No deseaba decírtelo hasta no haber planeado algún modo de escapar. Pensé que podríamos intentar romper el cerco y salir rápidamente. Pero enseguida me di cuenta de que, aunque escaparas por la mañana, regresarías por la noche… si no lo hacías antes. Ese mecanismo biológico instalado en tu frente te proporciona una capacidad casi inagotable para generar tu semen. Y también te proporciona una compulsión irresistible a hacerlo. Te posee completamente. Eres el caso mayor de satiriasis conocido en la historia.
—Ya sé de sobras lo que me produce —dijo Stagg impaciente—. Lo que quiero saber es qué papel estoy jugando yo, cuál es la finalidad de todo esto y por qué es necesaria toda esta rutina del Héroe Solar.
—¿No quieres tomar antes un trago?
—¡No! No voy a ahogar mis penas en alcohol. Voy a hacer algo hoy mismo. Preferiría un gran vaso de agua bien fría. Y me muero por tomar un baño, quitarme de encima todo este sudor. Pero todo ello puede esperar. Adelante con tu relato, por favor. ¡Y hazlo de una maldita vez!
—No tengo tiempo ahora de entrar en detalles acerca del mito y la historia de Deecee —dijo Calthorp—. Eso puedo hacerlo mañana. Pero puedo dejarte perfectamente clara cuál es la posición de dudoso honor que ocupas.
»En pocas palabras, en ti se mezclan varios papeles religiosos, el del Héroe Solar y el del Rey-Ciervo. El Héroe Solar es un hombre que se elige cada año para representar, de forma simbólica, el paso del Sol en torno a la Tierra. Sí, ya sé que la Tierra es la que gira alrededor del Sol, y también lo saben las sacerdotisas y las masas iletradas de Deecee. Pero para propósitos prácticos, es el Sol el que rodea a la Tierra, y es eso lo que piensan incluso los científicos cuando no piensan científicamente.
»Pues bien, el Héroe Solar es elegido y nace simbólicamente durante una ceremonia que tiene lugar aproximadamente el 21 de diciembre. ¿Por qué precisamente esa fecha? Porque es cuando empieza el solsticio de invierno, el momento en que el Sol es más débil y ha alcanzado su posición más al sur.
»Por eso aquella escena del nacimiento.
»Y también por eso estás siguiendo un camino hacia el norte. Estás destinado a viajar hacia donde el Sol viaja tras el solsticio de invierno, hacia el norte. Y como el Sol, cada vez te harás más fuerte. Te habrás dado cuenta de que el efecto de las astas se ha ido haciendo cada vez más poderoso; prueba de ello es la demencial historia del robo del ciervo y la muerte de la sacerdotisa.
—¿Y qué sucederá cuando haya alcanzado la posición más al norte? —dijo Stagg. Su voz era tranquila y controlada, pero su piel se había vuelto pálida.
—El lugar será la ciudad que nosotros llamábamos Albany, Nueva York. Es el límite más septentrional del país de Deecee. Y es también allí donde vive Alba, la Diosa-Cerda.
Alba es Columbia en su aspecto de Diosa de la Muerte. Se le ha consagrado el cerdo porque, al, igual que la muerte, es omnívoro. Alba es también la Diosa Blanca Luna, otro símbolo de la muerte.
Calthorp se detuvo. Parecía como si no pudiera continuar la conversación; sus ojos estaban húmedos.
—Continúa —dijo Stagg—. Deseo saberlo. Calthorp respiró profundamente y dijo.
—El norte, de acuerdo con el mito de Deecee, es el lugar donde la diosa luna hace prisionero al Héroe Solar. Una forma eufemística de decir que el Héroe Solar…
—Muere —acabó Stagg por él. Calthorp tragó saliva.
—Sí. Está dispuesto que el Héroe Solar acabe su viaje cuando comienza el solsticio de verano. Hacia el 22 de junio. —¿Y qué hay acerca de la faceta de Gran Ciervo, de Rey Astado?
—Los de Deecee son, por encuna de todas las cosas, económicos. Combinan el papel de Héroe Solar con el de Rey-Ciervo. Este es un símbolo del hombre. Nace como un niño débil e indefenso, va creciendo y haciéndose un varón fuerte y viril, amante y padre. Pero también él lleva a término la Gran Ruta y debe, sin escapatoria, hacer frente a la Muerte.
En el momento en que la encuentra se halla ciego, calvo, débil, asexuado. Y… lucha hasta el último aliento, pero… Alba le ahoga.
—No utilices un lenguaje simbólico, Doc —dijo Stagg—. Cuéntame los hechos en claro inglés.
—Habrá una tremenda ceremonia en Albany; será el final. Allí te unirás, no a tiernas y juveniles vírgenes, sino a viejas sacerdotisas de cabellos blancos y senos hundidos, sacerdotisas de la Diosa Cerda. Y tu natural repulsión por las mujeres viejas te harán vencerla encerrándote en una jaula hasta que tu deseo sea tan enorme que aceptes a cualquier mujer, incluso a una bisabuela de cien años. A continuación… —¿A continuación?
—A continuación te dejarán ciego, calvo, castrado y, finalmente, serás ahorcado. Habrá una semana de luto nacional por ti. Luego te enterrarán en posición fetal bajo un dolmen, que es una construcción hecha a base de grandes losas de piedra. Se dirán oraciones por ti y se sacrificarán ciervos sobre tu tumba.
—Eso es casi un consuelo —dijo Stagg amargamente—. Dime, Doc, ¿por qué he sido escogido yo para hacer este papel? ¿No es cierto que los Héroes Solares suelen ser voluntarios?
—Los hombres luchan por alcanzar el honor, lo mismo que lo hacen las vírgenes para llegar a ser novias del Héroe Solar. El hombre elegido es el joven más fuerte, bello y viril de la nación. No solamente has tenido la desgracia de reunir esas características, sino que además eres el capitán de unos hombres que han ascendido realmente a los cielos y luego han regresado. Tienen un mito acerca de un Héroe Solar que hizo eso. Supongo que el gobierno de Deecee pensó que si se desembarazaban de ti desorganizarían a toda la tripulación. Y de esta forma desaparecería todo asomo de peligro de que volviéramos a traerles toda la vieja y abominada ciencia.
»Estoy viendo a Mary Casey llamándote desde la jaula. Creo que quiere hablar contigo.