¿Por qué exploran los hombres? Es indudable que todos los individuos que lo han hecho tuvieron sus propias razones, y en algunos casos éstas no fueron estrictamente prácticas, e incluso pudieron ser sórdidas, y probablemente en ningún caso fueron absolutamente puras. Todos los grandes exploradores han sido intensamente humanos, incluyendo a los astronautas y cosmonautas actuales, a pesar de todo lo que los intelectuales sostienen. Los motivos humanos están inevitablemente mezclados. Parece como si los exploradores tuviesen más nobleza de alma que otra clase de hombres. Aunque es posible que así sea, en este relato he tratado de examinar su búsqueda más allá de cada horizonte. Obtuvo un premio Hugo, lo cual es una razón para incluirlo aquí: el juicio de los lectores.
Otra de las razones es el deseo de ofrecer una indicación de lo maravilloso y variado que es el universo donde tenemos el gran privilegio de vivir. El escenario no es un planeta, sino una luna tan grande como la Tierra de un mundo monstruosamente grande. Me divertí imaginándolo, calculando su órbita y otras características. Después, Hal Clement, el maestro de este tipo de ciencia ficción, me hizo el honor de jugar a lo que él llama «La Partida» con el relato, tratando de deducir lo que el autor se proponía exactamente y dónde podía haberse equivocado.
Informaciones muy recientes, procedentes del Pioneer en su décimo vuelo de inspección en torno a Júpiter, señalan que mi satélite puede muy bien estar bañado por una radiación letalmente intensa. Por otro lado, su campo magnético puede proteger la superficie. Cuestiones como ésta no son áridos tecnicismos; son la materia de la fantasía.