PRESENTACIÓN

Poul Anderson, «el Duro» de la ciencia ficción

Poul Anderson es el máximo exponente de lo que se ha dado en llamar hard science fiction, expresión que, traducida literalmente («ciencia ficción dura»), puede sugerir contenidos de cruda violencia futurística o atezados Bogarts con traje espacial. Sin embargo, en este caso, y al contrario de lo que ocurre con la novela policíaca, «dura» no es sinónimo de violencia sino de rigurosa desde el punto de vista especulativo, y significa que este tipo de ciencia ficción trata los aspectos científicos y tecnológicos de los relatos con especial atención y seriedad.

Este tipo de rigor, se dirá más de un lector, equivale a menudo a falta de amenidad e incluso de inteligibilidad: largas y detalladas descripciones de complicados artefactos, oscuras parrafadas de terminología técnica, alusiones a fórmulas y leyes científicas desconocidas… Y lo cierto es que, en algunos casos, puede ser así; existe, de hecho, una ciencia ficción no sólo escrita por científicos sino para científicos.

Pero éste no es en absoluto el caso de Poul Anderson: paradójicamente, el padre de la hard science fiction actual es también —y a la vez— uno de los maestros indiscutidos de la ciencia ficción aventurosa. Esta rara y feliz combinación de rigor y amenidad confiere a la obra de Anderson —galardonada con varios premios Nebula y Hugo, como el obtenido por el relato que abre y da título a esta selección— un interés poco común, y explica que sea uno de los autores de ciencia ficción más leídos en todo el mundo y uno de los preferidos del público juvenil.

Así como en El pueblo del aire (Libro Amigo 524) ofrecíamos cuatro de las mejores narraciones de la primera época de Anderson, esta selección está dedicada a su producción posterior. Los dos volúmenes juntos reúnen lo que el propio Anderson ha seleccionado recientemente como lo mejor de su narrativa, y constituyen, pese a algunas objeciones de tipo ideológico que en ocasiones pueden ponérsele al autor (El último viaje, sin ir más lejos, y pese a su indudable belleza formal es, en este sentido, inadmisible), una antología fundamental en la biblioteca de todo aficionado al género.

CARLO FRABETTI