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FISCALÍA DE LA CORONA

A: Jefe de la Fiscalía

Documento confidencial

Re.: William John Traynor

4-9-2009

Los detectives ya han interrogado a todos los involucrados en el caso indicado, y en consecuencia adjunto los archivos que contienen todos los documentos pertinentes.

El sujeto de la investigación es el señor William Traynor, de treinta y cinco años, antiguo socio de la firma Madingley Lewins, ubicada en la ciudad de Londres. El señor Traynor sufrió una lesión medular en un accidente de tráfico en 2007 y le fue diagnosticada una tetraplejia C5/C6 con un movimiento muy limitado en un solo brazo, que exigía una atención de veinticuatro horas. Se adjunta su historial clínico.

Los documentos muestran que el señor Traynor se había esforzado en regularizar sus asuntos legales antes de viajar a Suiza. Su abogado, el señor Michael Lawler, nos ha hecho llegar una declaración de intenciones firmada ante testigos, así como copias de toda la documentación pertinente relacionada con sus consultas con la clínica mencionada.

La familia y los amigos del señor Traynor habían expresado unánimemente su oposición al deseo manifiesto de acabar con su vida prematuramente, pero, dados su historial clínico y los intentos anteriores de suicidio (detallados en los registros del hospital adjuntos), así como su inteligencia y fuerza de carácter, fueron al parecer incapaces de disuadirlo, incluso durante un prolongado periodo de seis meses que negociaron con él con esa única finalidad.

Es digno de mención que una de las beneficiarias del testamento del señor Traynor es su cuidadora remunerada, la señorita Louisa Clark. Dada la brevedad de su relación con el señor Traynor, cabría cuestionar la generosidad del señor Traynor con ella, pero todas las partes afirman que no desean impugnar los deseos del señor Traynor, que están legalmente documentados. Ha sido largamente interrogada en varias ocasiones y la policía está convencida de que hizo un gran esfuerzo para disuadir al señor Traynor (véase el «calendario de aventuras» incluido entre las pruebas).

Asimismo, es digno de mención que la señora Camilla Traynor, la madre, una respetada juez de paz durante muchos años, ha presentado la dimisión debido a la publicidad que ha recibido el caso. Es sabido que ella y el señor Traynor se separaron poco después de la muerte de su hijo.

Si bien esta fiscalía no apoya el suicidio asistido en clínicas extranjeras, a juzgar por las pruebas reunidas es evidente que la familia del señor Traynor y sus cuidadores han obrado según las directrices actuales relativas al suicidio asistido y a la posible acusación por parte de los seres cercanos al fallecido.

El señor Traynor fue declarado competente y tomar esa decisión fue su deseo «voluntario, claro, decidido e informado».

No hay prueba alguna de enfermedad mental ni de coacción por parte de nadie.

El señor Traynor había manifestado sin equívoco posible que deseaba suicidarse.

La discapacidad del señor Traynor era grave e incurable.

Las acciones de quienes acompañaron al señor Traynor supusieron tan solo una ayuda menor.

Las acciones de quienes acompañaron al señor Traynor pueden describirse como asistencia renuente ante el deseo manifiesto por parte de la víctima.

Todas las partes involucradas han colaborado sin reservas con la policía durante la investigación del caso.

Considerando estos hechos sumariamente expuestos, la buena reputación de todas las partes y las pruebas adjuntas, concluyo que iniciar un proceso judicial no serviría al interés público.

Sugiero que, si se realiza alguna declaración pública a tal respecto, el jefe de la Fiscalía deje bien claro que el caso de los Traynor no sienta precedente alguno y que la Fiscalía continuará juzgando cada caso según sus circunstancias particulares.

Atentamente,

Sheilagh Mackinnon

Fiscalía de la Corona