Los recuerdos inundaron a Jaime y a Gloria como una inmensa ola rompiendo en la orilla.
La primera vez que la vio, en aquella fiesta de cumpleaños de un amigo común.
La maravillosa sensación cuando sus miradas se cruzaron por vez primera.
Las primeras citas, el primer beso.
Jaime, emocionado, colocando el anillo en el dedo de Gloria, que estaba bellísima en su vaporoso traje blanco de novia.
Los dulces labios de ella pronunciando el «sí, quiero».
Los amigos y la familia bañándolos en arroz mientras corrían entre risas hacia el coche que los llevaría hacia su nueva vida.