Lágrimas sobre el estercolero
japonés: una mujer
que llora. Una mujer de lejos, lenta, absorta,
que rompe muda contra lo más oscuro
de la tierra. Que se ha roto en
silencio, un silencio indescrito, escuchado a patadas,
fracturando los días, reventando
por dentro. Humo espeso y cenizas, su sabor
desolado. La frontera del llanto,
con sus muros caídos.
Sol nacido doliente.
En la noche nipona de las tecnologías,
una mujer que llora
sobre el cero del mundo.