JAPÓN, 11-M

Lágrimas sobre el estercolero

japonés: una mujer

que llora. Una mujer de lejos, lenta, absorta,

que rompe muda contra lo más oscuro

de la tierra. Que se ha roto en

silencio, un silencio indescrito, escuchado a patadas,

fracturando los días, reventando

por dentro. Humo espeso y cenizas, su sabor

desolado. La frontera del llanto,

con sus muros caídos.

Sol nacido doliente.

En la noche nipona de las tecnologías,

una mujer que llora

sobre el cero del mundo.