Túneles atravesados por el silencio
de la noche, cuando la noche ausculta
solo sordas palabras, ya
resecas,
vacías, extensiones quemadas
donde habita ahora el frío. Cuando la noche duele
en el otro costado. Un espacio sin nombre,
como cámara hueca: una ciega ventana
de cemento muy grueso, que ha tapiado el adiós.
Noche de azul
inverso, carreteras cortadas
nuevamente, lo mismo
que esta página en blanco se hace tuya,
mía, nuestra; esta página rota. Este asfalto
sin música. El enorme silencio por el que renqueamos
tiesos, pelados,
des-con-fi-gu-ra-dos.