Azaña nombra ministro de Hacienda al señor Jaume Carner i Romeu. En el ambiente político y de negocios de Madrid, al señor Carner se le conoce sobre todo como un gran abogado, como un administrador de industrias agrícolas. Intereses azucareros. Cuando cayó Primo de Rivera, se dijo que la diabetes del dictador la había causado el señor Carner. Tonterías de Madrid.
El señor Carner tiene muchas condiciones y le deseo una magnífica carrera. Tiene una buena cualidad: al hablar, siempre quiere dar a lo que dice un aire de profunda convicción, lo que le lleva a golpearse el pecho con unos terribles puñetazos que suenan muy bien. Es una característica de los hombres que en 1904 se escindieron de la Lliga y crearon el Centre Nacionalista Republicà (CNR)[10]. No resulta difícil intuir que los socialistas van a ir construyendo, al socaire de esta sonoridad, el plan para esquilar al país.
El abogado Almeda, el viejo, solía decir que los mejores abogados son los que tienen la cabeza de hierro y el culo de plomo: caput ferruco, cullum plumbeum. Ser uno de los mejores abogados —es decir, un abogado así— no significa, sin embargo, nada. Ya verán el rendimiento que dará a los socialistas el señor Carner.
—Mi única preocupación en este momento —le oigo decir al señor Carner a los periodistas— es equilibrar el presupuesto… Si veo que no lo logro, dimitiré…
El orden público es un enorme desbarajuste. La política económica del Estado consiste en el más puro capitalismo arcaico-académico.