(Aquí iba a seguir hilando algunos poemas, pero leo en Cortázar que no se deben hacer libros alternados de poesía y prosa, porque eso, más o menos, crea malestar en el lector, le obliga a funcionar, María, a distintas temperaturas, como un coche que acelera y desacelera todo el rato. Sin embargo, Cortázar hizo muchos libros por el procedimiento de los recortes, libros que sirven, más que nada, para comprobar la diferencia abisal/abismal entre su poesía y su prosa. Como todo gran prosista, confundía la poesía con el hallazgo literario. Y no se puede hacer un poema hilvanando hallazgos literarios, como una alfombra de nudos. Oviedo dijo de él que sus versos son «conmovedoramente malos». Y es verdad. Los míos también. Es poesía «literaria» (y quizá hasta le sobren las comillas). Sin embargo, ítem más, y pese a todo, JRJ hace Diario de poeta y mar alternando verso y prosa, y el libro es unitario y fascinante/itinerante: ida y vuelta a América del Este, como Él decía. Y luego hizo otros varios así, y hasta pensó en poner toda su poesía en prosa (había escrito mucho más en prosa que en verso), y el almirante Carlos Martel, poeta malo y andaluz, hizo un Platero donde resumía cada capítulo juanramoniano en un soneto, qué disparate.
O sea que nunca se sabe, María, nunca se sabe.