CAPÍTULO 46

EDIFICIO DEL CAPITOLIO

Washington D.C.

12 de octubre de 2012

8:07 P.M. EST

—Señor presidente, miembros del Congreso, conciudadanos americanos. El 11 de septiembre del 2001, los enemigos de la libertad cometieron un acto de vileza sin parangón por aquel entonces contra nuestro país y todo lo que representamos. Esto inició una guerra contra el terror, una guerra que nos ha costado miles de vidas de hombres y mujeres americanos, y casi un trillón de dólares, una guerra que no nos podíamos permitir perder. Y ahora, todos nosotros sabemos por qué. Hace cuatro días, un día que servía como homenaje y conmemoración al valeroso explorador que descubrió nuestra nación, nuestro enemigo atacó de nuevo. Cuatro días después, mientras el mundo sigue estupefacto, acudo a vosotros para contestar algunas preguntas. Los dos hombres involucrados en las atrocidades del día de la Hispanidad eran radicales islamistas yihaidista que habían sido reclutados en Irak y entrenados por miembros de las fuerzas Qod iraníes para que realizaran su mortífera misión suicida. Jamal al-Yussuf llegó a los Estados Unidos a principios de febrero de 2011. Omar Kamel Radi lo siguió unos cuantos meses después. Los dos se encontraron a finales de septiembre de 2011 en Aurora, Illinois, lugar donde recibieron instrucción, y financiación, de células durmientes iraníes. Estas células hicieron que Jamal al-Yussuf obtuviera un trabajo como guardia de seguridad en el Puerto de Baltimore, mientras que Omar Kamel Radi se trasladó a California para trabajar como técnico de mantenimiento en el U.S. Bank Tower de Los Ángeles. Lo que ahora es la zona cero. Dejad que os lo repita. Los dos hombres involucrados en la masacre del Día de la Hispanidad fueron reclutados por la Guardia Islámica Revolucionaria Iraní, conocida como la Fuerza Qod. En lugar de iraníes, los iraquíes fueron específicamente seleccionados porque procedían de una tierra liberada de la opresión, lo cual les permitiría entrar en los Estados Unidos sin levantar sospechas. En los campos de entrenamiento Qod, los instructores les lavaron el cerebro para hacerles creer que la muerte de millones de americanos inocentes serviría a su pueblo. Mientras recibían la instrucción, el gobierno iraní que subvencionaba esta misión suicida encargó que se construyeran dos dispositivos nucleares usando el uranio-238 enriquecido recogido de barras de uranio gastadas.

El uranio enriquecido utilizado en la construcción de ambas bombas coincidía con el uranio tomado del reactor nuclear iraní. Ahora sabemos que las bombas, o EEDA, llegaron al puerto de Baltimore el 5 de octubre. Hemos encontrado el contenedor en el que llegaron, así como el residuo radioactivo de la bomba. Rastreamos el envío de esos contenedores y descubrimos que venían del puerto de Irán. No hay duda de quién está detrás de estos ataques. Cualquier fiscal que tuviera estas pruebas les diría que este caso está cerrado. Y todos hemos visto esas imágenes del pueblo iraní regocijándose en las calles de Teherán mientras Los Ángeles ardía. A lo largo de siete años, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, y el Líder Supremo que apoyó su amañada reelección en el 2009 han desafiado continuamente al mundo desarrollando armas nucleares. Además, los líderes de Irán han amenazado con utilizarlas contra Israel, América, Inglaterra y nuestros aliados de Medio Oriente y Europa. Ahora, los seguidores de su gobierno maligno nos han golpeado. Me gustaría enviar un mensaje a todos aquellos árabes y musulmanes amantes de la paz con los que compartimos el mundo. Respetamos su fe, muchos de nuestros conciudadanos siguen las enseñanzas del Islam, pero el odio no puede tener lugar en el Islam, no más que en el cristianismo, el judaísmo, el budismo, o cualquier otra religión. El odio rara vez comienza siendo un hervidero. Al contrario, es algo que se cuece a fuego lento, algo que se enseña en las comunidades cuando éstas no pueden mantenerse juntas contra la opresión. Los radicales han alterado las enseñanzas de Mahoma. Lo que nosotros pedimos al mundo islámico moderado es que condenen las acciones de los elementos radicales de su cultura que han provocado los atroces sucesos del 8 de octubre, para dirigir su intolerancia hacia la libertad que tiene una sociedad abierta a todos, excepto hacia aquellos que te hacen vivir en el terror. Esta noche tenemos el honor de tener con nosotros al teniente Douglas Dvorak, del Departamento Aurora de la Policía. El teniente Dvorak salvó la vida de millones de personas cuando él personalmente detuvo a Jamal al-Yussuf, tan sólo minutos antes de que éste pudiera detonar el dispositivo nuclear. Comandante, como he dicho antes, es un honor tenerlo entre nosotros.

En este punto, las cámaras se giran para enfocar a un avergonzado Doug Dvorak, quien saluda desde su asiento junto a la Primera Dama y su hijo pequeño, Simos, mientras recibe una ovación de sesenta segundos.

—A todos los americanos, os pido que sigáis ayudando en todo lo posible a las víctimas de esta tragedia, tanto con vuestras contribuciones, como con vuestras oraciones.

También os pido paciencia a la hora de asumir las restricciones que van a empezar a tomar efecto. La ley marcial dejará de tener vigor dentro de poco, pero, mientras tanto, sufriremos los retrasos e inconveniencias que acompañan a un endurecimiento de la seguridad. Nuestra economía está reflotando después del 8 de octubre, y se fortalecerá de nuevo. Para tal efecto, tenemos el honor de tener con nosotros al rey Sultan bin Abdel Aziz de Arabia Saudí y a su hijo, el Príncipe Bandar. El rey ha acordado ayudar a este reflotamiento de nuestra economía reduciendo el costo por barril de petróleo, al menos hasta que nos recobremos de los efectos del ataque del Día de la Hispanidad. Gracias, rey Sultan. Es un verdadero aliado, y un querido amigo.

El rey medio saluda al público que aplaude.

—Finalmente, a la nación que planeó y ejecutó la acción que provocó la muerte de dos millones de conciudadanos nuestros, les envío este decreto: Ciudadanos de Irán, vuestros autoproclamados líderes y mullahs os han descarriado, vuestro consentimiento ante su puño de hierro les ha dado el poder para conduciros al camino oscuro, un camino que os llevará a vuestra propia destrucción. Alzaros contra vuestros opresores, o sufrid las consecuencias de sus acciones.

Al oír esto, la sala irrumpe en aplausos.

«¿Qué fue lo que se discutió en las reuniones del Grupo Energético durante el mandato Bush/Cheney en el 2001? ¿Por qué la documentación de esas reuniones todavía sigue sin estar disponible? ¿Era el precio máximo del petróleo un motivo de los ataques del 11-S?».

911Truth.org

«Durante la reunión secreta mantenida el año pasado por el consejero de Seguridad Nacional con más experiencia del gabinete Bush, uno de los temas tratados fue cómo reescribir las reglas de la Guerra Fría… otro de los asuntos a tratar fue el hacer llegar una advertencia mundial a todas las naciones del mundo: si un arma nuclear fuera detonada en territorio americano, se realizarían pruebas a los restos para rastrear su procedencia; y se haría "plenamente responsable" de las consecuencias de la explosión al país del que procedieran».

David E. Sanger & Thom Shanker.

The New York Times,

8 de mayo de 2007.

«Tenemos un problema, que no es otro que el de hacer nuestro poder creíble, y Vietnam es el sitio donde conseguir este propósito».

Presidente John F. Kennedy.