Año 102 d. C.

Año 854 ab urbe condita, desde la fundación de Roma)

La que ha violado la virginidad es enterrada viva junto a la puerta llamada Colina, donde hay una eminencia [altura o elevación del terreno] que se extiende bastante, llamada en latín el montón. Hácese allí una casita subterránea muy reducida, con una bajada desde lo alto; tiénese dispuesta en ella una cama con su ropa, una lámpara encendida y muy ligero acopio de las cosas más necesarias para la vida, como pan, agua, leche en una jarra, aceite; como si tuvieran por abominable destruir por el hambre un cuerpo consagrado a grandes misterios. Ponen a la que va a ser castigada en una litera, y asegurándola por afuera, y comprimiéndola con cordeles para que no pueda formar voz que se oiga, la llevan así por la plaza. Quedan todos pasmados y en silencio, y la acompañan sin proferir una palabra, con indecible tristeza: de manera que no hay espectáculo más terrible, ni la ciudad tiene día más lamentable que aquél. Cuando la litera ha llegado al sitio, desátanle los ministros los cordeles, y el Pontífice Máximo, pronunciando ciertas preces arcanas y tendiendo las manos a los dioses por aquel paso, la conduce encubierta, y la pone sobre la escalera que va hacia abajo a la casita; vuélvese desde allí con los demás sacerdotes, y luego que la infeliz baja, se quita la escalera, y se cubre la casita, echándole encima mucha tierra desde arriba, hasta que el sitio queda igual con todo aquel terreno; y ésta es la pena que se impone a las que abandonan la virginidad que habían consagrado.

PLUTARCO, Vidas paralelas. Vida de Numa Pompilio, capítulo X,
Descripción de la pena de muerte a una vestal
(Traducción de Antonio Ranz Romanillos.)