¡Qué cuento más extraño es éste! Al menos en lo referente a esa pregunta que siempre te hace la gente: «¿De dónde saca usted esas ideas tan raras?».
Harlan Ellison dice que se las envía una anciana de Schenectady dentro de vulgares sobres manila. Yo no la conozco. Creo que lo que hago es intentar comprender cómo funciona el mundo y sus habitantes, actividad que me sumerge continuamente en la fantasía, por ser el único sitio donde la lógica parece tener alguna consistencia.
Pero puedo asegurarte una cosa: ningún otro personaje de mi bibliografía está tan claramente definido en mi cabeza como este hombre deslumbrado. No creo que a los lectores les parezca algo especial, pero lo es para mí, en cada gesto y entonación suya. Y, a diferencia de la mayoría de mis personajes, no está construido a semejanza de nadie a quien conozca. Este hombre deslumbrado es único en su especie.
Extraño. Muy extraño.