Estamos en tiempos difíciles para los escritores, pero no menos para los editores, a quienes puede tildarse de héroes cuando se meten en la aventura de editar y sacar a la luz una nueva obra. Por ello, vaya por delante mi agradecimiento más profundo a Blanca Rosa Roca y su entusiasta equipo, que sé que han puesto todo su interés, que es mucho, en que esta novela saliera a la luz.
Mi reconocimiento también a Esther, por su excelente labor de revisión del original.
Gracias a Ana Mary y a todos los de casa por estar unas veces detrás y otras delante de mí, dándome el ánimo que a veces me faltaba, y junto a ellos a ese grupo de amigos de toda la vida que también han puesto su cuota de respaldo en esta obra.
A todos, que Dios os bendiga, por vuestra presencia cercana.