5. Una sensación increíble

Cuando era pequeño, en el coro en la India, me encantaba cantar. No lo consideraba como una profesión, nunca pensé en esos términos. Luego me di cuenta de que de hecho podía componer canciones y hacer mi propia música. Caí en la cuenta de que podía hacerlo a mi manera. De repente tuve algo de éxito y me gustó.

No tengo ninguna norma a la hora de escribir una canción. Es algo caótico. Algunas canciones surgen con más rapidez que otras. Nunca me siento al piano y digo: «Muy bien, ahora tengo que escribir una canción». No. Pruebo algunas cosas, saco algunas ideas en claro y luego empiezo. Es difícil de explicar, pero siempre hay varias ideas que me pasan por la cabeza. Algunas cosas salen perfiladas, pero otras las tengo que trabajar. Suena presuntuoso, pero algo como «Killer Queen» me salió en un solo día. Todo encajaba, como ocurre con algunas canciones. Garabateé la letra a oscuras un sábado por la noche, y a la mañana siguiente la repasé y estuve trabajando todo el domingo, y eso fue todo: ya la tenía. Sin embargo, otras canciones me suponen realmente más trabajo para que me salgan las letras. «The March Of The Black Queen» [1974], por ejemplo, de nuestro segundo álbum, fue una canción que me llevó una eternidad acabarla. Quería darle lo mejor, ser autocomplaciente.

Soy famoso por garabatear letras en mitad de la noche sin ni siquiera encender la luz. Me gusta pensar que escribo canciones de muchas maneras diversas, dependiendo de mi estado de ánimo. «Crazy Little Thing Called Love» [1979] la escribí en la bañera. La escribí en unos cinco o diez minutos. En el estudio la toqué con la guitarra, la cual tampoco toco como para volverse loco, y en cierto modo fue algo positivo porque estaba limitado, ya que sólo me sé algunos acordes. Es una buena disciplina porque, sencillamente, tenía que componer dentro de un marco muy limitado. No podía contar con muchos acordes debido a esa limitación, y como resultado compuse una buena canción, creo. Si supiera demasiados acordes de guitarra quizá la hubiera estropeado.

Siempre estoy pensando en las nuevas canciones que estoy componiendo. No puedo dejar de componer nuevas canciones. Tengo muchas ideas hirviendo en mi cabeza. Me vienen de manera instintiva. Sencillamente, me encanta componer pequeñas melodías agradables y pegadizas. Se trata de algo que tengo que seguir haciendo, pero que también disfruto al hacerlo. Es una especie de pasatiempo entretenido. Al final resulta tan gratificante que quieres seguir haciéndolo y explorar aspectos diferentes para ver cómo saldrán. Es como pintar un cuadro. Has de alejarte un poco para ver qué aspecto tiene.

En cuanto a las letras, son muy difíciles. Considero que son una tarea dura. Mi punto fuerte es el contenido melódico. Primero me concentro en eso, luego, en la estructura de la canción, y al final viene la letra. La estructura de la melodía me viene con facilidad, es el contenido de las letras lo que me resulta difícil. Tengo que trabajar en ese aspecto. A veces creo que mis melodías son mucho más potentes que mis letras, y que las letras rebajan su calidad. Creo que a menudo mis melodías son superiores a las letras. Odio escribir letras. Ojalá pudiera hacerlo alguien más. Ojalá tuviera a un Bernie Taupin[5]. Pero, en realidad, no soy así, me gusta hacerlo todo yo mismo. Soy una zorra avariciosa.

Cuando estoy escribiendo canciones necesito estar completamente solo, cerrado a cal y canto. Tengo que estar, absolutamente, solo para poder concentrarme. Cuando escribo una canción me siento poderoso con respecto al contenido. Si funciona, funciona. Cuando no pienso en ello es cuando mejor me sale. Me gusta que me salga una canción rápidamente, así suena fresca, y luego puedes trabajar en ella más tarde. Odio intentar componer una canción si no surge con facilidad. O bien sale rápidamente y ya la tienes, y digo, «sí, aquí tenemos una canción», o si no sucede, normalmente me limito a decir, «mira, mejor lo olvidamos».

Compongo una canción tal y como la siento, y siempre tengo ganas de aprender. Es mucho más interesante componer diferentes tipos de canciones que repetir la misma fórmula. Suelo componer canciones en las que no suelo pensar demasiado en ese momento, pero que, de alguna manera, me atrapan después; no sé si sabes lo que quiero decir. Así que intuyo si la canción me gusta sin saberlo, es algo un tanto subconsciente. Creo que la mayoría de la gente compone canciones que lleva dentro. Yo no soy uno de esos compositores que está al tanto de las modas y dice: «De acuerdo, esto está de moda hoy, vamos a escribir una canción sobre eso». Sencillamente, me gusta hacer cosas diferentes y no repetirme. No me gusta estar en una misma situación durante mucho tiempo, por lo que eso se refleja en mis canciones y en mis letras. Me gusta probarlo todo una vez y no me asustan las dificultades. Me encantan los retos y me gusta hacer cosas que se salen de lo común. No me asusta decir lo que pienso ni hablar de ciertas cosas en mis canciones, porque creo que al final sales ganando siendo natural.

No me estoy echando flores, pero a veces me salen como si nada. Si me concentro me salen canciones con facilidad. Creo que con más rapidez que a los demás. La gente me pregunta: «¿Eres un compositor prolífico?». ¡Hago una docena de canciones al día, queridos!

Si las pones todas en el mismo saco, creo que a mis canciones se les puede poner la etiqueta de emoción. Todo tiene que ver con el amor, la emoción, los sentimientos y los estados de ánimo. La mayoría de las canciones que escribo son baladas de amor y cosas que tienen que ver con la tristeza, el padecimiento y el dolor, pero al mismo tiempo tienen algo frívolo e irónico. Supongo que, básicamente, así es mi naturaleza. Sólo soy un auténtico romántico y aunque creo que todo el mundo ha escrito canciones en ese campo, yo las escribo a mi manera, con una textura diferente. Básicamente, no escribo nada nuevo, no estoy aquí sentado intentando decir: «¡Mira, he escrito una canción que nunca nadie ha escrito antes!». No. Pero lo hago desde mi punto de vista.

Mucha gente se ha enamorado y mucha gente se ha desenamorado, y la gente sigue haciéndolo, así que continúo escribiendo canciones sobre eso, en contextos diferentes. Creo que el amor y la falta de amor siempre van a estar ahí, y existen multitud de maneras diferentes en que la gente se enamora y rompe. Supongo que la mayoría de mis canciones siguen por ese camino, y en mi opinión cantar y escribir sobre el amor de hecho es algo que carece de límites. Creo que escribo sobre cosas por las que la gente pasa cada día. Siento que yo también he pasado por todas esas cosas, así que básicamente investigo y recojo esa información para incluirla en mis canciones. Soy un auténtico romántico, como Rodolfo Valentino. Me gusta escribir canciones románticas sobre el amor porque es un tema muy amplio y, además, tiene que ver mucho conmigo. Ya lo he hecho desde los primeros tiempos, desde el segundo álbum, y creo que siempre escribiré sobre esas cosas porque forman parte de mí. Me gusta escribir todo tipo de canciones diferentes, pero las románticas siempre estarán ahí. No puedo evitarlo, es algo automático. Me encantaría escribir canciones sobre algo totalmente diferente, pero todas ellas parecen acabar de una manera emocional y trágica. No sé por qué. Pero al final también sigue habiendo un elemento de humor. Así que básicamente de eso tratan mis canciones.

De hecho, es bastante divertido; mis letras y mis canciones son fundamentalmente fantasías. Me las invento. No son historias cotidianas, en realidad tienen un elemento fantástico. No soy uno de esos compositores que salen a la calle y de repente se sienten inspirados por una visión, y tampoco soy una de esas personas que quiere salir de safari para conseguir la inspiración de la fauna salvaje que me rodea, o subir a lo más alto de las montañas y cosas por el estilo. No, me inspiro simplemente sentado en la bañera. Soy una de esas personas. No necesito estar en la selva para inspirarme. No soy el tipo de persona que, en general, se siente inspirada por una escena en particular, o por el arte como tal, aunque hay un ejemplo en Queen 27, con la canción «The Fairy Feller’s Masterstroke», en la que me inspiré por un cuadro que vi. Eso es algo muy, muy raro en mí. Hablando de tener pretensiones artísticas, o lo que sea, a menudo voy a galerías de arte, y este cuadro de Richard Dadd, que era un artista Victoriano que me gusta, lo vi en la Tate Gallery. Me inspiró muchísimo. Investigué mucho sobre ese cuadro y lo que intenté hacer fue poner en palabras mi propio tipo de rima, pero utilizando su texto, como tal, para representar el cuadro, lo que yo pensé que vi en él.

La inspiración surge de todas partes. Surge cuando menos me lo espero y causa estragos en mi vida sexual. Algunas de mis canciones incluso han surgido estando en la cama. Pero entonces tengo que escribirlas allí mismo o de lo contrario a la mañana siguiente las he olvidado. Una noche, cuando Mary [Austin] y yo vivíamos juntos, me desperté en mitad de la noche y no se me iba una canción de la cabeza. Tenía que sentarme y escribirla, así que me levanté y arrastré el piano al lado de la cama para tener el teclado al alcance. Eso no duró mucho tiempo, ya que ella no lo aguantaba. Y no puedo decir que eso me sorprenda.

Hay muchas cosas que te influyen a la hora de hacer música, ¿sabes? Casi todo lo que te rodea. En mi caso, puede ser que vaya a alguna parte y tenga una idea, y la guardo en la cabeza, pero básicamente me siento al piano y empiezo a juguetear con él. Quizá me vengan algunas ideas e intento recordarlas, y luego vuelvo a ellas más tarde e intento juntarlas. A veces, simplemente, me siento al piano y de repente surge una idea y luego intento desarrollar esa canción. O quizá a veces me obligo a mí mismo a sacar ideas en una dirección determinada o las dejo reposar y vuelvo a ellas un mes más tarde y de repente parece que toman forma. Pero no existe una gran inspiración como tal. Todas las canciones son diferentes. Para algunas personas puede ser un tanto decepcionante, porque captan el contenido fantasioso y piensan: «¡Caramba!, me pregunto en qué se ha inspirado». Seguramente tendrán una gran visión en mente. Pero no hay ningún formato estricto al que me agarre. Siento decepcionaros.

Todos tenemos nuestras propias ideas sobre cómo debería ser una canción, porque una canción se puede hacer de muchas maneras diferentes, dependiendo de quién la haga. A veces puedes apreciar algo más en las canciones de los demás. De vez en cuando nos ayudamos mutuamente, por lo que eso requiere mucho tiempo. Actualmente, la mayoría de las canciones las desarrollamos en el estudio, mientras que antes solíamos tener lo que llamábamos un tiempo de «rutina». Ahora ya no hay tiempo para nada, así que nos limitamos a reservar tiempo en el estudio y nos metemos allí. A veces nos lleva su tiempo, porque gastamos horas de estudio componiendo canciones cuando deberíamos estar grabando.

Ahora tengo una manera de componer diferente. Antes, solía sentarme al piano y realmente me dejaba la piel para tener todos los acordes y toda la estructura antes de convertir una idea en una canción. Ahora lo enfoco de otra manera. Últimamente he compuesto canciones de manera improvisada. De hecho, entro en el estudio sin estar en absoluto preparado y pienso: «¡Oh! ¿Qué voy a hacer esta vez?». Y de repente surge una idea básica y pienso: «Vamos a hacerlo». Puede que sea algo totalmente atroz, puede que sea algo extremo, o puede que sólo haya uno o cuatro compases que piense que estén bien, y me agarro a eso. O, simplemente, lo dejo así y más tarde lo recupero y trabajo en ello.

Compongo con el piano, aunque también puedo componer en mi cabeza. Escribo la canción teniendo como eje la melodía la mayoría de las veces, aunque a veces es una letra la que me hace arrancar. «Life Is Real» [1982] era una de ésas, porque las palabras en esa ocasión surgieron primero. Realmente me metí de lleno; páginas y más páginas, con todo tipo de palabras. Luego me limité a darle forma de canción. Pensé que podría ser una canción en plan Lennon. Esa canción es una oda a John Lennon, de una manera parcial. Muy rara vez me salen primero las letras, pero tenía este modelo de ideas líricas y quería darle una especie de aire surrealista. Me salieron en Houston, lo creas o no, cuando tenía algunos días libres durante mi estancia en México, en la gira de Queen. Pensé: «¿Y por qué no? Puedo hacerlo. Soy un músico». Escuchando muchas canciones de John Lennon pensé que podría intentar crear un tipo de atmósfera similar al que él consiguió. Por eso me esforcé en conseguir ese tipo de sonido oriental de violín —una especie de sensación como de lloriqueo—, lo cual me encantó hacer. Intenté transmitir un tipo de letra surrealista, lo que para mí era John Lennon. Era alguien realmente fuera de lo común, creo, y un genio absoluto. Incluso en los primeros tiempos de los Beatles, siempre preferí lo que hacía John Lennon. No sé por qué. Simplemente tenía esa magia.

No quiero cambiar el mundo con nuestra música. Nuestras canciones no esconden mensajes ocultos, excepto quizá algunas canciones de Brian. Mis canciones son como maquinillas de afeitar Bic; son para entretenerse, para el consumo moderno. La gente puede deshacerse de ellas después como pañuelos usados. Pueden escuchar una canción, gustarles, deshacerse de ella y luego pasar a la siguiente. Pop desechable.

No me gusta escribir canciones con mensaje porque no me siento motivado políticamente, como John Lennon o Stevie Wonder. En mi mente también hay espacio para la política, sí, pero la rechazo porque somos músicos. No quiero ser político y no creo que tenga el talento como para escribir mensajes profundos. La música es muy libre. Simplemente depende de quién seas. Seguro que John Lennon puede hacerlo, pero yo no. Mis canciones son como canciones de amor comerciales y me gusta meter mi talento emocional en ellas. No quiero cambiar el mundo o hablar de la paz, porque no me siento motivado de esa manera. La política no es lo mío en absoluto. Acabaría arruinando un país. ¿Te lo puedes imaginar? ¡Cantaría todos mis discursos!

En lo que a mí respecta, escribo canciones que creo que son, básicamente, forraje. Ya lo he dicho antes. Las canciones son como comprarte un traje nuevo o una camisa; simplemente, lo llevas y luego te deshaces de ello. Sí, siempre permanecerán algunos clásicos, pero en lo que a mí respecta lo que he escrito en el pasado está acabado. De acuerdo, si escucho alguna canción en la radio o la gente me habla de ella, creo que es fantástico, pero yo pienso en lo que me van a decir de mi nuevo material. Escribo las canciones y luego las dejo. Si me pidieras que tocara ahora al piano algunas de mis viejas canciones, no podría. Las he olvidado. Me las aprendí para un momento concreto. Antes de tocarlas otra vez necesito un día para sacar todos los acordes… de mis propias canciones. Las olvido con mucha facilidad. Por ejemplo, «Love Of My Life» está adaptada para guitarra en los conciertos, pero fue compuesta con el piano. Me he olvidado completamente de la versión original, y si me pidieras que la tocara ahora, no podría.

Creo que nuestra música es puro escapismo, como ir a ver una buena película. Es para gente que pueda meterse dentro, escucharla, olvidar sus problemas durante un rato, disfrutar dos horas, y eso es todo. Salen de nuevo y regresan a sus problemas, y vuelven a por más la próxima vez. Realmente debería ser así. Eso es lo que debería ser el espectáculo y el entretenimiento. No quiero meterme en aspectos políticos. No tenemos mensajes políticos ocultos en nuestras canciones, nosotros no somos así. Somos un grupo internacional y nos gusta tocar para todo tipo de públicos, donde sea. No vamos a lugares diferentes por razones políticas. Sólo somos una banda inglesa de rock’n’roll que toca música para todo el mundo.

Mi música no está encasillada en ninguna categoría en concreto. No quiero que mis canciones las escuchen sólo una élite inteligente, quiero que las escuche todo el mundo porque son para todo el mundo. Es un lenguaje internacional. No escribo música sólo para los japoneses o sólo para los alemanes, es para todos los oídos. La música no tiene límites. Me gustaría que todo el mundo escuchara mi música. No soy un elitista.

No estoy aquí para anunciar: «¡Cambia tu vida con una canción de Queen!». No puedo levantarme por la mañana y decir que voy a escribir una canción de «paz», eso no estaría bien porque de hecho has de creer en ese tipo de cosas. No estoy diciendo que no crea en la paz, simplemente que no creo que personalmente sea capaz de escribir mensajes de paz. No quiero meterme en ese terreno. Prefiero escribir canciones sobre lo que siento, y tengo fuertes sentimientos sobre el amor y las emociones.

Los «John Lennons» de este mundo son escasos y están distanciados. Algunas personas pueden hacer canciones con mensaje, pero son escasas. Lennon era una de ellas. Debido a su prestigio podía hacer ese tipo de discursos e influir en los pensamientos de la gente. Pero para hacer eso has de tener cierta cantidad de intelecto y magia juntos. Las personas con un mero talento, como yo, no poseen esa habilidad o poder. Puedes estar seguro de que John Lennon y Stevie Wonder estaban convencidos cuando escribieron una canción sobre la paz, porque vivieron como corresponde, pero yo no soy de esa manera. Para mí, escribir un mensaje pacifista no sería correcto y la gente no sería capaz de sentirse afín a eso: que yo escribiera de repente sobre la paz y sobre salvar el mundo. Tienes que experimentar una cierta cantidad de vivencias para que la gente sepa que tú crees en lo que escribes, y en lo que a mí respecta espero que la gente crea que, en términos de amor, he experimentado el tormento y el dolor. Creo que ése es mi don natural, así que eso es todo lo que quiero transmitir en mis canciones.

Sinceramente, nunca me compararía con John Lennon de ninguna manera, porque, en mi opinión, fue el más grande. No es una cuestión de tener menos talento, sólo que algunas personas son capaces de hacer ciertas cosas mejor que nadie, y yo pienso que no estoy tan dotado para hacer las cosas que hizo Lennon. No creo que sea algo que debiera hacer la gente, porque Lennon era único, especial, y así son las cosas. Admiro mucho a John Lennon, pero no quiero ir más allá. Sólo quiero transmitir lo que siento en mis canciones de la mejor manera que pueda.

Cuando me enteré de que Lennon había muerto, me quedé conmocionado y estupefacto. ¿Qué puedes hacer? No podía hablar, sinceramente. Era algo que piensas que siempre podría ocurrir, a otra personas, o a ti, o a quien sea, y entonces le ocurre a alguien, y era John Lennon. Me sentí conmocionado e incrédulo.

Cuando John murió y yo compuse esa canción como tributo, era algo directo de mí para él, y no hay comparación posible con nada de lo que él hizo, ni de lo que yo hice. Era sólo un pequeño regalo, ¿sabes? Por su muerte. «Life Is Real» no era una canción con mensaje, era sólo una canción de tributo a este hombre, lo cual es completamente diferente a lo que John estuvo haciendo.

Si me presionaran, podría escribir una canción con mensaje. No voy a decir que no haya escrito nunca una canción con mensaje, pero no del tipo de las que escribió John Lennon. Por ejemplo, escribí una canción titulada «We Are The Champions», que es una especie de himno con mensaje, pero no habla de la paz mundial. Va en una dirección diferente.

Una vez dicho esto, en mi disco en solitario, Mr. Bad Guy [1985], escribí una canción titulada «There Must Be More To Life Than This», que probablemente sea la canción que más se acerca a una canción con mensaje, aunque, de hecho, ni siquiera tenga un mensaje como tal. Es lo que más se acerca a lo que quiero hacer en términos de política mundial o los desastres que están ocurriendo en el mundo. Realmente no me gusta escribir canciones de ese tipo, pero hay momentos en los que mis emociones van en esa dirección, y eso es tan sólo una parte muy pequeña de lo que, de hecho, hizo John Lennon. Soy muy modesto, pero muy sincero.

Odio intentar analizar mis canciones a fondo. Nunca deberían pedírmelo. Mis letras las dejo básicamente a la interpretación de la gente. Diré lo que pueda sobre ciertas canciones que he escrito, pero al final no me gusta desmenuzar una canción, porque ni siquiera yo mismo analizo las canciones, me limito a cantarlas. Las escribo, las grabo y las produzco, y luego depende del comprador tomárselas como él o ella quiera, de lo contrario arruino cualquier especie de mística que pueda representar ese tema. Odio hacer eso.

La gente pregunta: «¿Por qué escribiste esa letra y qué significa?». No me gusta explicar en qué estaba pensando cuando escribí la canción. ¿Significa esto? ¿Significa aquello? Es todo lo que la gente quiere saber. ¡Que se jodan, queridos! No diré más de lo que te diría cualquier poeta decente si te atrevieras a pedirle que analizara su obra. Si veis eso, queridos, entonces allí está, vosotros sois los que interpretáis las letras de la manera en que vosotros queráis. No existe ningún gran mensaje. Intento evocar algo y meterlo en una canción, y luego espero que la gente interprete lo que quiera, lo cual creo que es algo bueno. Eso es lo que a mí me gusta sentir cuando escucho el disco de otra persona.

Me gusta que la gente haga su propia interpretación de mis canciones. En realidad no son más que pequeñas historias de hadas. He olvidado de qué trataban. Es sólo ficción, fantasías. Sé que es un poco como escaquearse, pero yo lo veo así. Es tan sólo producto de mi imaginación. Creo que si tuviera que analizar cada palabra, sería muy aburrido para los oyentes y creo que además echaría por tierra algunas ilusiones.

Mucha gente es creativa, a su manera. No tiene que ser sólo en el terreno de la música. Eso también forma parte del talento, ¿sabéis, queridos? Siempre he mantenido que no puedes simplemente estar sentado en casa y decir: «Mira, soy tan maravilloso, soy tan creativo que, sencillamente, voy a esperar». No. Tienes que salir ahí afuera, agarrarlo, utilizarlo y hacer que funcione. Eso forma parte del talento. Tener talento es una cosa, pero utilizarlo para alimentar a las masas, eso es otro componente del talento. Van de la mano. Supongo que se le denomina Venta Agresiva. Realmente has de vender tu culo. Has de salir allí y tirarte a su yugular y decir: «¡Aquí estoy! ¡Soy creativo! ¡Soy maravilloso! Esto… ¡OS LO VAIS A COMER!». Tienes que hacer eso. Si hay otras maneras de hacerlo, entonces, Dios mío, ya me las dirás.

¿Aún es posible componer canciones buenas y originales? ¡Oh, demonios, supongo que debería pensar que sí! Debería esperarlo. Oh, sí. No importa lo genial que sea la competencia, ya que seguirá habiendo sitio para la originalidad y las buenas canciones. Por supuesto. Creo que nunca habrá un fin para la buena escritura de canciones. Siempre habrá buenos compositores y gente que escriba buenas canciones, depende de cómo los acepten los medios de comunicación. Creo que sigue habiendo sitio para ellos, pero cada vez es más difícil. Continúa habiendo sitio para la originalidad y el material bueno, sí. Hay mucho espacio para los clásicos, y yo intento hacerlo lo mejor posible.

No puedes seguir siempre escribiendo y esforzándote en sacar ideas totalmente diferentes, porque puedes acabar neurótico. Siempre lo tienes metido en la cabeza. Escribo algo y pienso: «¡Oh! Esto suena parecido a esa canción». Pero ésa no es la manera correcta de enfocarlo, aunque la tengas. Mirémoslo, por ejemplo, desde el punto de vista de las armonías vocales; las hemos hecho del revés, de todas las maneras posibles, y ya no quedan muchas, así que cada vez se hace más difícil seguir siendo original todo el tiempo, pero seguimos esforzándonos en eso constantemente.

Sé que, en lo que a componer canciones se refiere, hay gente que se queda en blanco. Conozco gente a la que le ha ocurrido. A veces pienso en eso. Creo que quizá llegará un día en que no sea capaz de componer tan bien como lo hago ahora, pero no ha ocurrido todavía, así que, ¿qué puedo hacer? Quiero escribir mejores canciones. Es mi profesión, es mi proyecto de vida. No me despierto cada mañana pensando: «Oh, ¿me he quedado seco?». Por el momento… he sido bastante prolífico. Y, ¿sabes? Él cuida de mí, así que estoy bien. Eso no me preocupa. Sencillamente es algo en lo que no pienso. Otra gente sí que piensa en eso. Cuando suceda, me enfrentaré a eso. Pero no sucederá. Eso es todo. No creo que vaya a suceder nunca. Antes me moriré.

Una de las cosas que quiero hacer es intentar escribir un musical. Creo que ha llegado el momento. En términos de proyectos en solitario, hice un disco, Mr Bad Guy, en 1985, y el proyecto con Montserrat Caballé, en 1988, pero ahora quiero que sea algo más que un álbum, así que voy a intentar hacer un musical. Sé que necesitaré algún tiempo, pero sería mi proyecto en solitario, por lo que me puedo implicar en el texto y en todo el montaje. Puedo escribir canciones que puedan cantarse siguiendo la historia, en vez de limitarme a ver una película y luego escribir una canción que encaje en ella después. Así que va a ser un gran proyecto y en estos momentos estoy pensando mucho en él.

Además de hecho tengo en mente que se haga una película sobre la historia de mi vida un día, en la que yo mismo tendría un papel clave. Pero no tendría que interpretar el papel principal y hacer de mí mismo. Queridos míos, las cosas que he hecho en mi vida… ¡Calificarían la película con tres X, te lo aseguro!

No hay manera de saber si alguien escribe una canción mejor que tú, porque al final depende del público. La única manera de saber si es buena es si la gente la recibe bien.

No sabes lo que significa escribir una canción que la gente aprecia y oír decir que se trata de una buena canción. ¡Es una sensación maravillosa!

Si mi música hace feliz a la gente, eso es algo maravilloso. Eso me hace muy feliz. Si parte de mi música, aunque sea mínima, conecta con la gente, entonces me parece bien. Y si la gente la odia… ¡A la mierda! Pueden ir a comprarse el disco de otro. No voy a perder el sueño ni a entrar en cólera si alguien dice: «¡Oh, Dios mío, eso es terrible!». Ya tengo una edad, queridos.

5.1 Componer y grabar con Queen

La lucha por las canciones de Queen ha sido uno de los factores que merece la pena. A veces pienso que es una cuestión de que quien lucha durante más tiempo acaba ganando.

Básicamente, volvemos a casa después de una gira y sabemos que en un par de meses será el momento de grabar otra vez un nuevo álbum. Durante un tiempo hacemos nuestra vida por separado, y escribimos de manera individual, y luego nos juntamos y cada uno toca sus ideas a los demás. Y entonces es cuando intentamos decidir qué canciones se quedan y cuáles se descartan. Intentamos decidir qué tipo de álbum va a ser. Así es cómo ha ido con los últimos álbumes; canciones individuales de compositores individuales. Tenemos un período inicial en el que nos juntamos, un largo proceso de selección, con muchas disputas, en el que escogemos las mejores canciones. No tiene que ver sólo con lo referente a una canción individual, sino también con cómo se desarrollará el álbum, qué es lo que funcionará mejor, y cómo sonarán las otras canciones en relación con las demás. Así que nos planteamos la situación en términos de un álbum, no simplemente como canciones individuales.

Creo que estamos al tanto de las modas actuales y los cambios, y componemos canciones de acuerdo con eso. Bueno, Brian sigue componiendo con un molde heavy, o lo que sea, pero creo que los cuatro escribimos canciones muy diferentes, lo que es bueno. Cuanto más componemos, más diferentes nos volvemos como compositores y el repertorio va creciendo. Creo que vamos acumulando más y más tablas y abarcamos diferentes territorios de esa manera. Ahora estoy componiendo material muy diferente a lo que Queen estaban haciendo digamos hace tres años.

Ya sólo dentro del seno de la banda somos bastante competitivos, antes de sacar el material a la luz y que luego sea algo también competitivo con respecto a los otros grupos que hay. El grupo en sí es bastante especial. No nos gustan las medias tintas y soy muy exigente conmigo mismo. No hago concesiones. Si creo que una canción no es bastante buena, entonces la descarto. Hay cuatro compositores buenos que son igualmente expertos en eso, todos somos protagonistas, especialmente ahora que Roger está escribiendo tan bien, igual que John. Brian y yo solíamos ser los principales compositores, pero ahora componemos todos. Cuando empezamos cada álbum siempre hay una buena discusión en la que presentamos material y decimos; «¡Bueno! ¿Qué os parece?». Y luego empiezan las auténticas disputas.

Puedes tener a los mejores músicos del mundo, pero eso no garantiza que una canción sea mejor. Depende totalmente de la canción y de la persona que la haya escrito. Has de luchar por ella. Me gusta meter baza, queridos. Si me lo pusieran demasiado fácil, llegaría con menos material. Debido a nuestras disputas, eso hace que sea mucho más interesante, y uno acaba con la crème de la crème, lo mejor del lote. La lucha por las canciones de Queen ha sido una de las cosas que merece más la pena. A veces creo que es una cuestión de que quien más se pelea, acaba ganando.

Ya lo he dicho antes, pero el modo en que lo veo es que escribes canciones y una vez están editadas, están editadas, y luego simplemente sigues adelante. Si el nuevo álbum es un fracaso, nos limitamos a ir a por el siguiente. Hemos tenido discos antes que no han sido un gran éxito, como Jazz [1978], pero simplemente seguimos adelante. Ése fue considerado un ligero bajón, pero eso no nos frenó. Hicimos otro álbum, The Game, que tuvo un éxito enorme.

Si tuviera que pensar en esos términos, en levantarme cada mañana y decir, «¿les va a gustar todo?», tendría un ataque al corazón y úlceras. Me gusta pensar en ello de una manera más amplia que eso. También tiene que ver con la longevidad.

Estoy bastante al tanto de lo que ocurre, pero eso no significa que quiera incorporar esa moda en particular a mis canciones. Sigo escribiendo las canciones de la manera en que me gusta hacerlo, y si eso implica que un tema necesita algo pasado de moda, así lo haré. Nunca estropearé una canción, la canción es lo primero. Me siento tan seguro de mis canciones que si no las hago como es debido, preferiría no hacerlas en absoluto. Ésa es la razón por la que «Living On My Own» [1985] se canta de manera scat, un poco a la manera como lo hacía Ella Fitzgerald hace mucho tiempo, y que no es una moda actual. Quizá podría marcar una tendencia hoy en día, porque ningún artista de rock’n’roll ha cantado antes scat de esa manera, y quizá no sería apreciado, pero eso no me preocupa. Quería exhibir mi habilidad vocal en ese tema y eso es lo que hice. Así que hago lo que me gusta. Estoy al tanto de lo que ocurre, pero eso no significa necesariamente que vaya a seguirlo.

Muchas críticas que he leído recientemente han dicho: «Si asocias Queen con las armonías de “Bohemian Rhapsody” y ese tipo de producción a lo Cecil B. DeMille, olvídalo, porque no hay ni una pizca de eso en este disco». En cierto sentido, eso es bastante agradable. O bien es blanco o bien negro. En este caso, con Hot Space, creo que hemos asumido un riesgo enorme y que el público se ha dividido en dos. Espero que los norteamericanos lo vean como algo nuevo, porque el otro extremo del espectro es que Inglaterra simplemente lo ignoró totalmente. Obviamente no fue para nada de su agrado. Así que lo rechazaron de pleno.

Estoy terriblemente disgustado, enfurecido, de hecho. Creo que le podrían haber dado algo…, quiero decir que sé que «Body Language» [1982] fue la primera canción de ese estilo que hicimos, pero en Inglaterra fue rechazada totalmente. ¡Dios! Si ellos piensan que debido a esa situación de repente voy a volver atrás y repetir «Rhapsody», están equivocados. No voy a hacerlo de ninguna manera. Pero estoy contento de que los norteamericanos hayan visto la otra cara del tema.

Las buenas canciones no tienen por qué estar saturadas de grandes escenas operísticas, o lo que sea. Realmente creo que actualmente parte del talento no reside sólo en ser un buen músico y escribir una maldita buena canción, sino que también es estar al tanto de lo que está ocurriendo ahí afuera y sintonizar con los nuevos tiempos. Y después de eso, simplemente has de dejar que decida la suerte.

Creo que los Queen hemos escrito algunas canciones buenas que no han vendido, pero que para mí siguen siendo buenas. Las canciones se perciben como buenas cuando venden y entran en las listas de éxitos. Quiero componer música comercial que se venda en todo el mundo. Si creo que he escrito una buena canción que no se vende, me digo: «¡De acuerdo, olvídalo, simplemente deshazte de ella y vamos a por otra!». Sencillamente, tiro adelante y voy a por la siguiente canción.

El sello de Queen, que es algo que me gusta, resulta simplemente ser una coincidencia que consiste en que hay cuatro compositores que escriben material muy diferente, lo que quizá nos da un espectro más amplio que el de la mayoría de los otros grupos. Somos iguales, pero yo he sido el compositor principal desde el principio. Si revisas nuestros primeros tiempos, Brian y yo hemos sido los principales compositores. John y Roger no componían en absoluto cuando empezamos, así que Brian y yo asumimos más o menos el 50 por ciento cada uno de la composición de todas las canciones. Hemos madurado siendo los dos principales compositores, pero luego los otros empezaron a componer, y los animamos a ello.

No creo que haya habido un álbum en el que los créditos de composición estuvieran repartidos por igual. En el último álbum casi hubo un reparto similar, pero creo que para el siguiente disco los créditos de composición ya serán a partes iguales.

Si todos estuviéramos escribiendo el mismo tipo de canciones, entonces nos hubiéramos hartado hace mucho tiempo, pero todos escribimos canciones diferentes, así que eso mantiene nuestro interés. Si todo el mundo escribiera el mismo tipo de material que atrae al mismo tipo de gente, entonces sería un poco aburrido. Tenemos cuatro personalidades totalmente distintas y egos diferentes, y eso es bueno. ¡Seguimos discutiendo! Seguimos peleándonos como críos. Un álbum de Queen surge de eso. Tienes que luchar. Creo que es la mejor manera. Me gusta luchar para que podamos conseguir lo mejor, y creo que hago que los demás también luchen. Eso lo hace mucho más interesante.

A veces le enseño una de mis canciones a Brian y quizá pone guitarras según sus gustos, no los míos. Así que discutimos. A veces somos la banda más perra del mundo. Hay muchas vibraciones negativas, pero al final las cosas siempre salen. Hemos de entrar en conflicto, de lo contrario supongo que sería aburrido. A veces, simplemente, no estás de acuerdo en algo, pero al final lo que ocurre es que el compositor es quien manda. Puede decir: «Mirad, así es cómo quiero la canción, y así es cómo la voy a conseguir». En lo que a mí respecta, la persona que compuso las letras es quien efectivamente ha escrito la canción.

En los primeros tiempos, Brian y yo siempre escribíamos mucho más, como ya he dicho, pero ahora hemos llegado a un punto en que todos quieren su trozo del pastel. Creo que llegados a este punto, ésa es la única manera de que Queen sobreviva. Sé que hay gente que piensa que yo lo acaparo todo, pero eso no es del todo cierto. Creo que en todos los álbumes que ha sacado Queen, realmente hemos escogido lo mejor del lote. No intento acaparar los discos de Queen de ninguna manera. Tengo que asegurarme de aportar buenas canciones, y ellos me consideran el máximo compositor, o a Brian y a mí como los compositores principales, pero lo gracioso es que eso hace que los demás escriban mejores canciones. Eso no significa que yo escriba las mejores canciones porque sean hits, sino sólo que ellos también aportan canciones muy buenas.

Me parece que yo colaboro más en las canciones de Roger o John, ya que me permiten que los ayude y les sugiera cosas. En cambio, Brian tiene sus propias ideas sobre la composición, que son muy rígidas, por lo que no parece que yo pueda colaborar tanto con sus ideas. Con John y Roger lo que ocurre es que desde el principio, en cierto modo, ya pude echarles un cable, y a ellos no les molesta desmenuzar su material para luego recomponerlo. A veces me apodero de toda la canción, como con… y no me importa decirlo, con «Radio Ga Ga», de Roger. Inmediatamente sentí que había una materia prima potente y con gancho comercial que podía desarrollarse. Así que se fue de vacaciones a esquiar durante una semana y trabajé en la canción. Pero básicamente es una canción suya. Él tenía las ideas y yo sólo pensé que había algunos elementos de construcción que no eran correctos. Él simplemente dijo: «Muy bien, haz lo que te apetezca».

No es posible saber hasta qué punto va a cambiar una canción hasta que estás en el estudio. De hecho, sufre un gran desarrollo cuando estamos en el proceso de grabación, como en «Somebody To Love» [1976]. Sabía que quería algo que sonara como a un coro de góspel, y también sabía que tendríamos que hacerlo nosotros mismos. Esa canción tiene un efecto parecido a un coro de 160 personas. Puedes imaginarte cuánto tiempo necesitamos para hacerlo, grabando una y otra y otra vez. Nos pasamos una semana con eso, pero mereció la pena. Nunca quiero echar la vista atrás a uno de nuestros álbumes y pensar: «¡Si hubiésemos invertido más tiempo, y hubiésemos hecho eso, habría sido mejor!». Somos unos perfeccionistas de las cosas y pensamos que vale la pena invertir ese tiempo. La gente, probablemente, piense, «oh, Dios, llevan otra vez en el estudio cuatro meses y medio», pero creemos que es necesario porque simplemente ha de sonar bien, eso es todo.

La etiqueta «sobreproducido» se aplica con demasiada facilidad a Queen, pero eso no es cierto. Si lo miras de un modo inteligente, hay ciertas canciones que necesitan ese tipo de atención. Si queremos exagerar la producción, podemos hacerlo. Pero, una vez más, fíjate por ejemplo en «You Take My Breath Away» y verás que se sale del estilo de Queen, porque la dejé simplemente como una canción de voz y piano, necesitaba esa clase de sencillez. Y «The Millionaire Waltz» necesitaba en cambio otro tipo de tratamiento.

En términos de composición, producción y arreglos, supimos desde los primeros tiempos de Queen que, de hecho, lo haríamos todo nosotros. Éramos muy reticentes a tener a otra persona infiltrándose en nuestro territorio. Así que aprendimos a hacerlo todo nosotros mismos, encargándonos sólo nosotros cuatro. Y ésa es la única manera que conozco de hacerlo.

Creo que nuestras letras han cambiado con respecto a nuestros primeros tiempos. En este momento estoy escribiendo material más ligero. Estoy en una etapa en la que me gusta escribir con simplicidad y eso afecta tanto a la estructura de la canción como a las letras. Me he alejado de todo ese material tipo «Bohemian Rhapsody», y de las letras de «Killer Queen». Fue tan sólo una fase por la que pasaba entonces [1974/75].

Creo que la gente que ahora compra nuestros discos está interesada en el cambio de Queen. Están acostumbrados a que cada vez aparezcamos con algo diferente, así que se adaptan a eso. A veces creo que se sentirían decepcionados si no lo hiciéramos. Nunca me gusta repetir la misma fórmula más de una vez porque lo encuentro aburrido. Siempre estoy buscando algo diferente, lo cual es bueno, porque supone un desafío. Eso es algo que surge de manera natural. Las canciones son variadas. Los estados de ánimo nos hacen cambiar, somos adaptables. En buena parte es algo espontáneo, realmente no pensamos demasiado en ello. Creo que es lo mejor. Si se planificara demasiado entonces sería demasiado rígido y no seríamos nosotros mismos.

5.2 Las canciones de Queen

Todos creemos firmemente en hacer cosas inusuales, cosas que la gente no espera de nosotros y que se salen de lo común. No queremos estancarnos nunca en la rutina o convertirnos en un grupo trasnochado, y existe el peligro de caer en eso cuando se lleva juntos tanto tiempo como nosotros. Existe el peligro de dormirte en los laureles y relajarte, y ninguno de nosotros querría eso de ninguna manera. No queremos quedarnos nunca quietos.

QUEEN (1973)

«Keep Yourself Alive» fue una manera muy buena de decirle a la gente de qué iban Queen en aquellos tiempos.

QUEEN II (1974)

En este álbum no había ningún significado profundo ni ningún concepto. Durante la grabación lo pensamos de manera impulsiva. Escribí una canción para el disco, «The March Of The Black Queen», y fue entonces cuando tuvimos la idea de tener una cara blanca y otra negra, reflejando un estado de ánimo luminoso y otro oscuro. Supuso un buen contraste.

«Seven Seas Of Rhye» es sólo pura ficción. Sé que es como salirse por la tangente, o dar una respuesta fácil, pero es sólo eso. Era tan sólo producto de mi imaginación. En esa época estaba aprendiendo mucho sobre cómo componer canciones, cosas como la estructura de la canción. Aprendía técnicas diferentes todo el tiempo.

En «Ogre Battle» utilizamos un gong enorme. Era incluso más grande que el que utilizaban Pink Floyd en directo, ¡y se necesitó toda la fuerza de Roger tan sólo para levantar el mazo!

Al principio, el asunto de «sin sintetizadores»[6] lo pusimos como una broma, y porque nos sentíamos frustrados, pero al final resultó ser una buena idea, porque incluso entonces llegamos a engañar a John Peel[7]. Una vez dijo algo en una crítica sobre el buen uso que hacíamos del sintetizador Moog, y en realidad se trataba de varias guitarras grabadas unas encima de las otras.

SHEER HEART ATTACK (1974)

«Killer Queen» trata de una prostituta de lujo. Intentaba decir que las personas con clase también pueden ser putas. De eso trata la canción, aunque preferiría que la gente la interpretara a su manera, que vean en ella lo que quieran ver. La gente está acostumbrada a la música enérgica de hard rock de Queen, aunque con ese single casi te esperas que sea Noel Coward[8] quien la cante. Es uno de esos números con bombín y liguero, aunque no digo que Noel Coward llevara puesto eso.

Estamos muy orgullosos de esa canción. Era tan sólo uno de los temas que escribimos para el álbum, no fue compuesto para ser un single. Simplemente, escribí unas cuantas canciones para Sheer Heart Attack y cuando acabé de escribir ésta, y tras grabarla, descubrimos que era un single muy potente. Realmente lo era. Por entonces, eso era algo muy impropio de Queen. Fue otro riesgo que asumimos, pero ¿sabes?, cada riesgo que asumimos hasta entonces nos dio buenos resultados.

«Killer Queen» fue otra canción en que escribí primero la letra. Era una canción que realmente se salía de la forma normal en que acostumbro a componer. Generalmente, la música sale primero, pero en esa ocasión salieron primero las letras, junto con el estilo sofisticado que quería transmitir. Muchas de mis canciones son fantasía, puedo inventarme todo tipo de cosas.

«Now I’m Here». Ésa estuvo bien. Fue algo de Brian May. La publicamos después de «Killer Queen». Es un contraste total. Era simplemente para demostrarle a la gente que aún podemos seguir haciendo rock’n’roll, que no nos hemos olvidado de nuestras raíces de rock’n’roll. Está muy bien tocarla en el escenario. Disfruté tocándola en directo.

A NIGHT AT THE OPERA (1975)

A Night At The Opera está sin duda entre los mejores discos de Queen. De todos nuestros primeros cuatro álbumes, éste fue el que más tiempo nos llevó grabar. Realmente no fue algo premeditado, simplemente lo abordamos de tal manera que dijimos que íbamos a hacer toda una serie de cosas. Necesitamos unos cuatro meses para grabarlo y casi nos pasamos de la fecha límite, con una gira a punto de empezar. Era importante hacer el álbum de la manera en que queríamos, especialmente después de haber invertido tanto tiempo en él. Cada canción de A Night At The Opera destaca por méritos propios.

Había muchas cosas que queríamos hacer en Queen II y Sheer Heart Attack, pero no tuvimos suficiente espacio. Con Opera sí. Más orientado a la guitarra y con juegos vocales, hicimos cosas que nunca antes habíamos hecho. Pusimos sonidos de todo tipo, desde una tuba a un peine. No teníamos límites. Había muchas canciones y estilos que queríamos hacer. Supone todo un cambio tener canciones cortas junto a otras más largas. Es tan variado que pudimos ser extremados. Cada molécula de ese álbum somos nosotros, sólo nosotros cuatro, cada pizca. No hubo ningún músico de estudio; ni para arreglos de cuerda ni para nada.

Produjimos el álbum junto con Roy (Thomas) Baker, el cual tenía una experiencia versátil sorprendente y fue de gran ayuda para nosotros.

Quizá fue un disco caro, creo que nos costó entre unas 15.000 y 20.000 libras, porque estábamos decididos a hacer el mejor disco de que fuéramos capaces, y supongo que realmente queríamos demostrar que podíamos hacerlo, pero el alivio que sentimos una vez estuvo acabado… ¡Indescriptible!

Y bueno… «Death On Two Legs» era la letra más malintencionada que había escrito jamás. Contenía tanto rencor que Brian se sentía mal al cantarla. Nadie se hubiera creído nunca cuánto odio y veneno había en la manera de cantar esa canción, excepto por la misma letra. Simplemente escuchad la letra atentamente, niños. Es una cancioncilla desagradable que saca a relucir mi vena maligna.

Normalmente no me gusta explicar en qué estaba pensando cuando escribí esa canción. Trata sobre un viejo desagradable que conocí. La letra me salió con mucha facilidad.

Decidí que si quería hacer hincapié en algo concreto, como por ejemplo eso, lo mejor sería poner toda la carne en el asador y no hacer concesiones. Pasé un mal rato intentando sacar la letra. Quería que fuera tan grosera como fuera posible. Mi garganta era una sangría. Cada día cambiaba la letra intentando que fuera lo más cruel posible. Cuando los demás la escucharon por primera vez se quedaron impresionados. Al describírsela, dijeron: «¡oh, sí!», pero luego vieron la letra y se asustaron. Sin embargo, yo ya había dado ese paso y estaba completamente absorto en ella. Durante unos días yo era como un demonio.

El álbum necesitaba un comienzo potente, ¿y qué mejor manera que tener esas primeras palabras, «Me chupas la sangre como una sanguijuela» [«You suck my blood like a leech»]? Al principio iba a haber la introducción, luego se detenía todo y aparecían las palabras, «Me chupas la ****», pero eso era ir demasiado lejos.

¡Digamos sencillamente que la canción ha conseguido su objetivo!

«Lazing On A Sunday Afternoon» es un tema corto, de tan sólo un minuto y seis segundos. Es una canción animada y picante, queridos. A Brian le gusta.

Así es como me influye el buen humor. Ése es tan sólo un aspecto de mí, realmente puedo cambiar de humor. Todo en «Sunday Afternoon» es un poco diferente de lo habitual. Me encanta resaltar el lado de vodevil de las cosas. Realmente me pone a prueba. Me gusta mucho escribir cosas como ésa, y estoy seguro de que voy a hacer más canciones de ese estilo. Además, suponen un desafío.

Luego tenemos «Good Company», compuesta por Brian, un tema en plan George Formby[9], con saxos, trombón y clarinete, sonidos todos ellos producidos por Brian con la guitarra. No creemos en la ayuda de los músicos de estudio, lo hacemos todo nosotros mismos, desde el falsetto más agudo a las notas más graves. Todo lo cantamos nosotros.

Es una señal de transición. Seguramente lo podríamos haber hecho en el primer álbum, pero no puedes tenerlo todo, y no fue hasta el cuarto álbum cuando intentamos hacerlo. Hay muchas cosas en las que queríamos profundizar. Siempre quise escribir algo parecido. «Ogre Battle» fue compuesta con una guitarra, pero luego me metí en cosas del estilo de «Love Of My Life» y «Lily Of The Valley» con el piano. Siempre he escuchado ese tipo de música.

«Seaside Rendezvous» tiene un aire en plan años veinte, y, si te fijas, verás que Roger imita una tuba y un clarinete con la voz. Voy a hacer que también baile claqué. Tendré que comprarle irnos zapatos de claqué como Ginger Rogers[10].

«’39» es una cancioncilla ambiental de Brian, un tema tipo skiffle[11], algo que nunca habíamos probado antes. Es algo que nos sale de dentro y la gente no puede creérselo. No pueden creerse que seamos nosotros. Es algo que Brian May quería hacer y realmente es algo muy, muy diferente a lo que hacemos los Queen. Creo que va a ser la cara B de «You’re My Best Friend».

Brian tiene un tema épico absolutamente colosal, «The Prophet’s Song», que es una de nuestras canciones más fuertes hasta la fecha. En ese tema está presente su extravagancia con la guitarra. ¿Sabes? La guitarra de Brian está hecha especialmente para él, así que casi puede hacer que hable. Seguro que habla en este tema.

El single de «Rhapsody» nos llevó una maldita eternidad, y sólo con «The Prophet’s Song» estuvimos tres semanas, pero tuvimos toda la libertad que quisimos, y pudimos ir muy lejos. ¡Nos permitimos hacer ópera, por ejemplo! Creo que ese álbum combinaba lo estrafalario de Queen II con las buenas canciones de Sheer Heart Attack. ¡Son las mejores canciones que se han escrito jamás, queridos!

«I’m In Love With My Car», la cara B de «Rhapsody», fue el primer gran éxito de Roger. Tenía muchas ganas de lograr ese éxito y creo que de veras se lo merecía. Fue un gran éxito en Europa.

«Love Of My Life» es una modesta balada encantadora. Mi influencia clásica está sin duda presente en la canción. Brian toca un arpa auténtica de tamaño natural en ese tema. Recuerdo que en ese momento pensé: «¡Voy a obligarle a tocar hasta que se le caigan los dedos!».

Ahora la hemos adaptado para guitarra en los conciertos, pero se compuso con el piano. En todas partes del mundo donde hemos estado saben cómo cantar «Love Of My Life»; es sorprendente ver algo así, con tanta gente.

Una vez, queridos, dediqué «Love Of My Life» a Kenny Everett[12] en su programa de radio [1976] por haber sido tan amable con nosotros y permitirnos colarnos en su programa Be Bop Bonanza. Es de nuestro álbum Sheer Heart Attack… Oh, no, es de A Night At The Opera. ¡Dios! Hemos hecho tantos, que sigo olvidándome.

«You’re My Best Friend» es una canción de John Deacon. De hecho, quedé muy satisfecho con ella. John realmente empezó a mostrar sus posibilidades entonces. Trabajó mucho en ese tema, y es muy bueno, ¿verdad? Aportaba versatilidad a Queen, ¿sabes lo que quiero decir?

A DAY AT THE RACES (1976)

«You Take My Breath Away» la grabé yo solo en varias pistas. Las voces de los demás no se utilizaron. Toqué el piano y, básicamente, eso fue todo. No sé cómo conseguimos que quedara tan sencilla, ¿sabes?, con todos nuestros añadidos y demás. La gente tiende a pensar que somos muy complejos, y eso no es cierto. Depende de cada tema por separado. Si una canción necesita complejidad, lo hacemos. Así que ese tema, de hecho, es bastante austero, según los estándares de Queen.

«Long Away» es una canción compuesta por Brian y tocada con una guitarra de doce cuerdas. Tiene armonías muy interesantes.

Para «Somebody To Love» éramos las mismas tres personas cantando en la gran sección coral, pero creo que tenía un tipo de enfoque técnico diferente porque cantamos como si de góspel se tratara, lo cual es algo diferente a lo que hacemos. Ese tema me volvió un poco loco. Sólo quería escribir algo en la vena de Aretha Franklin. Me inspiré en el enfoque de góspel que ella tenía en sus primeros discos. Aunque pueda parecer un enfoque similar en las armonías, en el estudio es diferente, porque es un registro distinto.

«The Millionaire Waltz» realmente es bastante extravagante. Es el tipo de tema que me gusta meter en cada álbum, algo muy alejado del formato de Queen. Brian lo orquestó lleno de guitarras como nunca antes había hecho. Metió sonidos de tubas, piccolos y cellos. Le llevó semanas hacerlo. Brian es muy remilgado. Ese tema es algo que Queen nunca había llevado a cabo antes, un vals tipo Strauss.

De hecho, trata sobre John Reid, el mánager que teníamos entonces. Una vez más, creo que me volví un poco loco con ese tema. Pero creo que salió bien, y a veces hace reír a la gente.

La verdad es que me gustaría decir que Brian hizo un trabajo con las guitarras muy bueno. Realmente llevó sus orquestaciones de guitarra al límite. No sé cómo va a superar ese tema.

Y John tocó un bajo muy bueno. Creo que se trata de una canción muy buena y nos felicitamos a nosotros mismos. Realmente creo que salió muy bien, especialmente desde el punto de vista de la orquestación. Brian sin duda ha utilizado su guitarra de una manera diferente. Sé que antes había hecho un montón de orquestaciones, pero, aun así…, está muy bien.

«You And I» —al final de la primera cara— es un tema de John Deacon, su contribución a ese álbum. Sus canciones cada vez son mejores. De hecho, es algo que me empieza a preocupar.

«Tie Your Mother Down» es uno de los temas duros de Brian. De hecho, recuerdo que la tocamos en Hyde Park, en nuestro picnic al lado del lago Serpentine, en verano de 1976, antes de haberlo grabado. Pude familiarizarme con la canción delante del público antes de tener que grabar la voz en el estudio. Al ser un tema muy ruidoso, me vino muy bien esa prueba.

Esa canción nos ha dado mucha fama, especialmente en Inglaterra. Siempre ha sido un tema muy, muy potente en directo. Y creo que suena bien. Nos ha abierto nuevas perspectivas.

«White Man», la cara B de «Somebody To Love», también es una canción de Brian. Es un tema con un acento de blues, y me dio la oportunidad de hacer unas voces estridentes. Creo que será un tema estupendo en directo.

«Good Old Fashioned Lover Boy» es otro de mis números de vodevil. Siempre hago una pieza de vodevil, aunque «Lover Boy» es más sencilla que «Seaside Rendezvous», por ejemplo. Es una canción muy simple con voz y piano y un ritmo contagioso; el álbum necesita una canción así para aflojar el ritmo.

«Drowse» es una canción de Roger muy interesante. A Roger le va mucho el rock’n’roll. Tiene una guitarra slide de Brian estupenda, y Roger hace voces en octava. De hecho, es una melodía muy tarareable. La canto sin parar.

El álbum A Day At The Races, y no Horse Feathers[13], que es otra película de los Hermanos Marx, acaba con un tema japonés, una canción de Brian titulada «Teo Torriatte», que significa «agarrémonos uno a otro». Es una canción muy emotiva, una de sus mejores canciones. Brian toca el armonio y una guitarra deliciosa. Es una canción agradable para cerrar el álbum.

NEWS OF THE WORLD (1977)

«We Are The Champions» es la canción más egotista y arrogante que he escrito jamás. Pensaba en el fútbol cuando la escribí. Quería una canción en la que los fans pudieran participar. Estaba dirigida a las masas. Pensé que estaría bien ver cómo se la tomaban. Funcionó de maravilla. Cuando la tocamos en un concierto privado en Londres, los fans de hecho empezaron a corearla como un himno futbolístico entre las canciones. Por supuesto, le he dado una sutileza más teatral que la de un himno corriente de fútbol. ¡Ya me conocéis!

No pensaba en absoluto en la prensa cuando la escribí. Nunca pienso en la prensa musical británica actualmente. En realidad estaba pensada para ofrecerla tanto a los músicos como a los fans. Supongo que también puede interpretarse como mi versión de «I Did It My Way»[14]. Lo hemos conseguido, y sin duda no ha sido fácil. No ha sido un camino de rosas, como dice la canción. Y sigue sin serlo. Esa canción se la apropiaron los fans de fútbol porque es una canción de ganadores. No puedo creer que alguien no haya escrito una nueva canción para superarla.

«Spread Your Wings» es una canción muy del estilo de John Deacon, pero con unas guitarras más estridentes. Tras haber grabado mi voz, John puso todas esas guitarras, y la atmósfera de la canción cambió. Creo que es su canción más lograda hasta la fecha.

THE GAME (1980)

Escribí «Crazy Little Thing Called Love» con la guitarra y toco la rítmica en el disco, y funciona realmente bien porque Brian consigue tocar todas esas guitarras solistas además de su solo habitual. Estoy un tanto limitado por el número de acordes que sé tocar. Realmente, aún estoy aprendiendo, pero espero tocar más la guitarra en el futuro. Esa canción no es típica de mi obra, pero eso es porque nada es típico de mi obra.

«Another One Bites The Dust», fue un éxito bailable, pero eso no significa que a partir de ahora vayamos a hacerlo todo según ese estilo. Nos gusta experimentar, aunque he aprendido mucho de toda esta rítmica música disco negra, de Michael Jackson, Stevie Wonder y Aretha Franklin.

UNDER PRESSURE (Colaboración con David Bowie, 1981) «Under Pressure» surgió por pura casualidad, queridos míos. David vino a vernos un día al estudio de grabación que teníamos entonces, en Montreaux, donde estábamos trabajando. Empezamos a juguetear juntos con algo, y de hecho todo salió de manera muy espontánea y rápida. Ambos quedamos encantados con el resultado.

Quizá fue algo totalmente inesperado, pero como grupo todos creemos firmemente en hacer cosas que sean inusuales y que no se esperen de nosotros, cosas fuera de lo común. No queremos estancarnos nunca en la rutina o convertirnos en un grupo trasnochado, y existe el peligro de caer en eso cuando una banda lleva junta tanto tiempo como la nuestra. Existe el peligro de dormirte en los laureles y relajarte demasiado, y ninguno de nosotros querría eso de ninguna manera.

Fue un verdadero placer trabajar con David. Posee un enorme talento. Cuando lo vi representar en el escenario la versión de El hombre elefante, en Broadway, su interpretación me inspiró ganas de actuar. Es algo que quizá haga en el futuro, pero ahora mismo estoy pendiente de otros proyectos con Queen. No queremos quedarnos parados nunca. Aún nos quedan muchos terrenos por explorar.

THE WORKS (1984)

Compuse una canción con Brian para este álbum. ¡Debería haber un eclipse!

Se titula «This Is The World We Created». Me gusta la manera en que enfocamos esa canción. Estábamos revisando todas las canciones que teníamos para ese álbum y pensamos que lo único que no teníamos era una de esas baladas realmente cristalinas, o en plan cantarín; cosas del tipo «Love Of My Life». Y en vez de que alguno de nosotros se fuera a componer una, sencillamente le dije a Brian: «¿Por qué no pensamos en algo ahora mismo?». Y esa canción se desarrolló en unos dos días. Cogió una guitarra acústica y yo me limité a sentarme a su lado y la sacamos entre los dos.

De hecho, si pensáramos de antemano que deberíamos sentarnos y escribir una canción juntos, no creo que nunca hubiera ocurrido, porque entonces entran en juego todo tipo de cosas que lo desbaratan todo, como los egos, y quién hace qué. Pero de esta manera no tuvimos tiempo de pensar en ello. Simplemente nos metimos allí y sacamos juntos la canción. Si no funcionaba, nos desharíamos de ella, pero parecía que funcionaba y era bastante fuerte, así que dijimos que sí, esto debería funcionar como final del álbum. Y más tarde la tocamos en Live Aid.

THE MIRACLE (1989)

Personalmente, no me gustan los títulos que aportan un concepto a un álbum, ya que, a veces, eso da una imagen equivocada. Por ejemplo, el título provisional de The Miracle era The Invisible Man. Contiene una canción con el mismo título, y hablamos de hacer un vídeo que incluyera algunos elementos mágicos. Pero ya te puedes imaginar que los periodistas iban a interpretar el título de manera errónea. De todas maneras, el título fue The Invisible Man hasta la última semana. Creo que fue Roger el que empezó a decir: «¡Venga, este título no va a funcionar!». Así que pensamos en cambiarlo, y había una canción titulada «The Miracle», por lo que pensamos que nos representaría bien. Así que al final nos decidimos por The Miracle. Por supuesto, mucha gente debió pensar que considerábamos nuestra obra como si de un milagro se tratara, ¡pero bueno! Si quieren pensar eso, pueden hacerlo. De cualquier modo, básicamente, el título surgió de una canción del álbum. Estaba bien, pero tuvimos varias peleas hasta decidirlo.

INNUENDO (1991)

Estoy satisfecho de mi voz en este álbum. Innuendo es una palabra que utilizo a menudo en el juego del Scrabble. Es un título perfecto para Queen.