Mi primer reconocimiento está comprometido con el excelente trabajo del cronista oficial de la Villa de Madrid, don José del Corral, cuyo soberbio libro La vida cotidiana en el Madrid del siglo XVIII ha inundado de color mi narración. Su riqueza de información, junto a una amena prosa, hacen de su trabajo una lectura recomendada para todo aquel que desee adentrarse en los vericuetos de un Madrid en plena reforma borbónica.
También debo hacer una especial mención al exhaustivo estudio Los gitanos españoles, sobre el mundo gitano en general, y en particular durante el siglo XVIII que, publicado por el sello editorial Castellote, firma doña María Helena Sánchez. Sin su excepcional investigación me hubiera sido muy difícil entender la represión que se ejerció contra los romaníes durante el reinado de Fernando VI.
Así mismo, reconozco las valiosas aportaciones sobre este apasionante período que he disfrutado al leer La España del siglo XVIII del historiador John Lynch, y la recopilación de estudios coordinados por Ricardo García Cárcel junto a Virginia León, Jaime Tortella, Lluís Roura y Bernardo Hernández, en su volumen Historia de España, siglo XVIII, subtitulado La España de los Borbones, de la editorial Cátedra.
Agradezco al insigne psiquiatra don Ángel de Vicente sus amables y pacientes explicaciones sobre la génesis y evolución de la psicosis y de los comportamientos que pueden esperarse de estos enfermos. Su experiencia clínica me ha servido de ayuda para dibujar la compleja personalidad de alguno de los protagonistas de este relato.
Por obra del secreto que suele presidir las ceremonias masónicas, he intentado imaginar la del grado de aprendiz, en el segundo capítulo de esta novela, recurriendo a los rituales de la logia de Thebah, que son públicos en internet. Lejos de conocer por dentro esa sociedad, he tratado de describir los complejos ritos que allí se describen, sin más ánimo que colocar al lector en un escenario que si no es real parece de ficción.
Por último, debo elogiar el trabajo de investigación de don José Luis Gómez Urdáñez sobre las actividades y sucesos acaecidos entre 1752 y 1763 en la Casa de Misericordia de Zaragoza, donde hago transcurrir una de las escenas de esta novela. Me hago eco de su exhaustiva información dando fe de algunos de los datos que contiene.
Entre todos consiguieron despertar en mí un profundo interés por entender los avatares de un siglo que tuvo una enorme trascendencia en el futuro de España.
Gonzalo Giner