ANEXO AL CAPÍTULO VI

ENTREVISTA EN LE FIGARO DEL 14 DE NOVIEMBRE DE 1997

LE FIGARO.— ¿Qué piensa de las declaraciones de Lionel Jospin?

JEAN-FRANÇOIS REVEL.— En primer lugar, me gustaría señalar que las declaraciones del primer ministro contienen dos errores históricos. En su intervención, Lionel Jospin se refiere al Frente Popular, a la Resistencia y al Cartel de las izquierdas para dar a entender que el Partido Comunista Francés estuvo en todos los combates de la izquierda francesa. Pero en 1924 el PCF se puso en contra del Cartel de las izquierdas que en ese momento había constituido un gobierno radical socialista. Es, pues, falso pretender que el PCF siempre ha estado del lado de los socialistas. Me asombra constatar que el ex primer secretario del PS ignore hasta ese punto la historia de la izquierda.

El primer ministro comete un segundo error al declarar: “Cuando la Alemania nazi era nuestro adversario, la Unión Soviética era nuestro aliado”. Todo el mundo sabe que la URSS no fue siempre nuestro aliado y que empezó siendo el aliado de la Alemania nazi. Stalin no hubiera sido nunca el primero en desencadenar las hostilidades contra Alemania. Fue porque Hitler atacó a la URSS por lo que ésta entró en guerra. Sobre este punto también encuentro muy curioso que un primer ministro socialista se atreva a disimular el pacto germano-soviético, exactamente igual que lo hicieron los comunistas en 1945. Lionel Jospin realiza un auténtico maquillaje de la historia, lo que me lleva a pensar que la conversión a la verdad histórica del Partido Socialista es, en el fondo, todavía más lenta que la del Partido Comunista.

—¿En esta época de “arrepentimiento” había que esperar del primer ministro que se inclinara ante las víctimas del comunismo?

—Me asombra constatar cómo al silenciar las fechorías cometidas en nombre del comunismo, Lionel Jospin anima al PCF a perseverar en la negación de los errores del pasado. En lugar de dar fe de que allí donde ha estado en el poder el comunismo ha engendrado fenómenos bárbaros y criminales, el primer ministro ha decidido ocultar el carácter hereditario de la ideología comunista. Desde este punto de vista, nuestro Partido Socialista se sitúa muy por detrás del Partido Comunista Italiano que hizo su autocrítica desde 1968 y los sucesos de Praga, y la llevó aún mucho más lejos desde 1989.

—¿Considera usted, como Lionel Jospin, que hay que distinguir entre marxismo, leninismo, estalinismo y comunismo?

—Hace más de veinte años que se refutó la distinción entre leninismo y estalinismo. Durante años hemos oído a presuntos historiadores afirmar que el estalinismo era una traición del leninismo. Hoy está establecido que el propio Lenin enunció y puso en práctica los principios del terror y del totalitarismo. Un libro como L'Aveuglement, de Christian Jelen, demuestra que el Partido Socialista Francés conocía desde 1918 el carácter totalitario de la revolución bolchevique. Fue precisamente porque ciertos socialistas de la época reconocieron el carácter totalitario del leninismo por lo que la SFIO se dividió en dos en el congreso de Tours de 1920. Al establecer entre el estalinismo y el leninismo una distinción que ya no está en curso, el primer ministro da muestras también de no estar al día en sus lecturas.

—Lionel Jospin se ha negado a “poner un signo de igualdad entre el nazismo y el comunismo”. ¿Hay una jerarquía entre los totalitarismos?

—Yo esperaba que, por fin, la izquierda francesa habría comprendido que no existen verdugos “buenos” y “malos”. ¿Es menos grave ser asesinado por Pol Pot que ser asesinado por Hitler? No tiene sentido establecer una distinción entre las víctimas de los totalitarismos negro o rojo. Las intenciones del totalitarismo nazi nunca han sido un misterio: pretendía eliminar la democracia, reinar por la fuerza y desarrollar todo un sistema de persecuciones raciales. Se nos dice que los comunistas tenían un ideal. Casi me inclino a considerarlo peor porque significa que se ha engañado deliberadamente a millones de hombres. Y con ello se añade al crimen la mentira más abyecta.

—Según el primer ministro, el Partido Comunista Francés “jamás ha levantado la mano contra las libertades” …

—Porque jamás ha tenido ocasión de hacerlo. La particularidad del Partido Comunista Francés es que durante mucho tiempo ha sido, junto con el Partido Comunista Portugués, el más estalinista de todos los PC occidentales. El PC portugués ha terminado por desaparecer. Pero no el PCF, que continúa desempeñando un papel político gracias al Partido Socialista. Por eso era de esperar que Lionel Jospin presionara a los comunistas para que reconozcan realmente sus errores. El problema de la historia pasada del comunismo no es ya hoy un problema político, es un problema moral. Es en este ámbito en el que las declaraciones de Lionel Jospin me han decepcionado.

Entrevista realizada por

JEAN-RENÉ VAN DER PLAETSEN