KARL MAY. Nació en Hohenstein-Ernstthal (Alemania) en una familia de tejedores. Quedó ciego al poco de nacer y no recuperó la visión hasta los cinco años, después de ser operado. Durante estos años de ceguera se formó en el niño un profundo e impresionante mundo interior alimentado por los relatos de su padrino y de su abuelo.

En 1861 consiguió el título de maestro, pero ejerció la profesión durante poco tiempo. Acusado de haber robado un reloj, fue a parar a la cárcel y se le retiró la licencia para enseñar. Durante algunos años se sucedieron los delitos contra la propiedad y los castigos en prisión donde descubrió las posibilidades redentoras de la escritura.

En 1875 May comenzó a colaborar en algunos diarios. Cuatro años más tarde, en 1879, pasó a trabajar como colaborador fijo en una revista dedicada a la familia, donde escribió una serie de artículos sobre el Oriente. Desde este momento tuvo asegurada una forma de ganarse la vida que, poco a poco, lo fue convirtiendo en un burgués respetable.

Sus novelas consiguieron un enorme éxito entre el público alemán y se convirtió en un autor muy popular. Muchas de las portadas originales de sus obras fueron realizadas por el pintor e ilustrador Sascha Schneider.

Murió el 30 de marzo de 1912 en Dresde (Alemania).