[Julio-agosto de 1894]
16 Tite Street
Queridísimo Muchacho,
Espero enviarte los cigarrillos, si Simmonds me los da. Está muy atareado con la factura. Tengo un descubierto de 41 £ en el banco: realmente, es intolerable la necesidad de dinero. No tengo un penique. Ni puedo soportar esto por más tiempo, pero no sé qué hacer. Me iré a Worthing mañana. Espero trabajar allí. La casa, según he oído, es muy pequeña, y no tiene gabinete para escribir. No obstante, cualquier cosa es mejor que Londres.
Tu padre anda alborotando de nuevo —va al Café Roy al a indagar sobre nosotros, con amenazas, etc… Pienso ahora que hubiera sido mejor para mí haberle hecho confinar para mantener la paz, pero ¡qué escándalo! Con todo, es intolerable ser acosado por un maníaco.
Cuando vengas a Worthing, por supuesto, se hará todo en tu honor y alegría, mas temo que halles las comidas y lo demás tedioso. Pero debes venir, ¿quieres?, al menos un tiempo breve, de cualquier modo —hasta que te aburras.
Ernesto me ha escrito mendigando dinero —una carta muy bonita—, pero en este exacto momento de veras no tengo nada.
¡Qué purpúreos valles de desesperación atraviesa uno! Afortunadamente hay una persona en el mundo a la que amar.
Siempre tuyo,
Oscar
El Marqués de Queensberry —padre de Bosie— desaprobaba la amistad de su hijo con Wilde. Fue él —como sabemos— el primum movile de los juicios y ruina del escritor. Como aquí se descubre, el encono no era nuevo.
Ernesto (sic, en el original) debe de ser Ernest Scarfe, un joven valet con el que Oscar tuvo relaciones y que sería presentado como testigo de la acusación en los procesos.