[1] Iosif Vissarionovich Stalin (1.ª ed.), p. 5. Para evitar cortes y cambios en este capítulo inicial he transliterado el apellido georgiano de Stalin como Dzhughashvili aun cuando, en sentido estricto, debería escribirse Dzhugashvili si se toma del texto ruso de la biografía oficial. <<
[2] Véanse las notas del encuentro del 23 de diciembre de 1946 tomadas por un participante, V. D. Mochálov: Slovo tovarishchu Stalinu, pp. 469-73. Le debo a Arfon Rees la observación acerca del disgusto de los bolcheviques por los relatos biográficos personales. <<
[3] RGASPI, f. 558, op. 4, d. 6. p. 1. <<
[4] Agradezco a Stephen Jones que haya compartido conmigo sus ideas acerca de este punto. <<
[5] J. Davrichewy, Ah! Ce qu’on rigolait bien, p. 90. Véase también A. Ostrovski, Kto stoial za spinoi Stalina?, p. 90. <<
[6] R. Medvédev, Semia tirana, p. 5 <<
[7] Ibid., p. 4. <<
[8] J. Davrichewy, Ah! Ce qu’on rigolait bien, p. 27. <<
[9] Ibid. <<
[10] S. Beria, Beria, My Father, p. 21. <<
[11] J. Davrichewy, Ah! Ce qu’on rigolait bien, p. 27-28. Otra persona mencionada como padre biológico de Stalin es un tal Dzhulabovi: ibid. R. Brackman recientemente ha afirmado que Stalin era hijo bastardo de un sacerdote llamado Egnatashvili: The Secret File of Joseph Stalin, p. 4; pero la mayoría de las fuentes primarias señalan expresamente que Egnatashvili era el tabernero local. <<
[12] A. Mgueladze, Stalin, kakim ya ego zna, pp. 242-3. <<
[13] J. Davrichewy, Ah! Ce qu’on rigolait bien, pp. 27-9. <<
[14] R. Z. Medvédev, Neizvestnyi Stalin, p. 265. <<
[15] Le agradezco a Stephen Jones que haya discutido este asunto conmigo. <<
[16] Sochineniia, vol. 13, p. 113. <<
[17] S. Allilúeva, Tolko odin god, p. 313. <<
[18] Ibid. <<
[19] G. K. Zhúkov, Vospominaniia irazmyshleniia, vol. 3, p. 215. <<
[20] A. Ostrovski, Kto stoialza spinoi Stalina, p. 95. <<
[21] Ibid. <<
[22] Recuerdo de G. I. Elisabedashvili en Stalin: v vospominaniiaj i dokumentov epoji, p. 12. <<
[23] GFIML, f. 8, op. 2, ch. 1, d. 24, p. 191, citado en A. Ostrovski, Kto stoial za spinoi Stalina. p. 97. <<
[24] Ibid. y J. Davrichewy, Ah! Ce qu’on rigolait bien, p. 38. <<