Fábula del hombre que padece mal de amor

Si con tu amor mi mal se ve agravado,

se extiende sobre mí y es mi tormento.

Si estoy enfermo y todo tu cuidado

es hacer del dolor perpetuo sufrimiento.

Si estoy, sin solución, enamorado

y este mal que me das es mi contento,

¿qué daría por ser acariciado

por tus manos, tus labios, ser tu único alimento?

Pero nada me das. Sólo torturas

mi añorado descanso con tu queja

que llega a mí y me hiere, me hiere y me abandona.

Y puesto que persistes y procuras

que no tengamos paz, al menos deja

que, si hombre no soy, sea al menos persona.