Fábula imposiblemente verdadera de un alto cargo de la Administración Pública

Estimado señor al que no estimo:

su petición hoy he desestimado

porque a estimarla nada me ha obligado

y de esta forma este soneto rimo.

Usted pretende efectuar un timo

con el consentimiento del Estado.

No le extrañe que la haya denegado.

Pariente suyo soy, pero no primo.

Yo dirijo un amplio departamento

y usted ruega una plaza en usufructo

de las que dan un alto emolumento

pues su sillón está en lugar abrupto.

O usted o yo. No dude que lo siento:

no quiero que me tachen de corrupto.