SEGUNDA PARTE
«En este día he contado cuándo tiempo hace que soportamos el asedio de los grobi, porque pensé que podríamos haber alcanzado los cien días. Busqué en nuestros registros, que tienen las runas acabadas de marcar, pero no pude encontrar fecha ninguna para el inicio del cerco. He hablado con el rey, y ha dicho que debo buscar la respuesta por mi cuenta.
»Hice guardia en el puesto que está situado en los túneles occidentales, pero los grobi no han atacado en el día de hoy. Cuando acabó mi turno, volví a emprender la investigación. He encontrado la fecha en que Sapo Espinoso atacó por primera vez a nuestras patrullas. He hallado la fecha en que la última barcaza comercial llegó hasta nosotros sin ser molestada. He encontrado la fecha en que nos retiramos de la fortaleza de Und Urbaz, situada al norte del paso, la fecha en que se llamó a los colonos para que volvieran de las praderas de las tierras altas, la fecha en que cerramos las puertas y los túneles para que no entrara el enemigo del exterior. Pero ningunos de estos acontecimientos ha sido denominado «comienzo del asedio».
»He ido a ver al rey antes de mi siguiente guardia, para darle cuenta de lo que he averiguado. Le he preguntado en cuál de estas fechas piensa él que comenzó el cerco. Llamó al más viejo de sus consejeros, el cual le puso delante una piedra grabada. Tenía mil años de antigüedad, y era una copia de registros muy anteriores. El rey señaló una sola frase que había en ella, del diario de un día en que nuestro viejo reino aún era joven. Dijo que en ese día los grobi habían puesto cerco al reino de Karak-Angazhar.
»Para mi padre, para sus consejeros, para nuestros ancestros, ése fue el primer día del asedio de los grobi. Y continuará hasta que la última gota de sangre caiga sobre nuestras piedras, ya sea de ellos o nuestra».
Extracto del diario personal de Ung Gramsson,
hijo de Gramrik, rey de Karak-Angazhar