Agradecimientos

Un insólito y embarazoso número de gente hizo importantes contribuciones a la realización de este libro, ninguna tan esclarecedora, trascendente y amablemente hecha como las aportadas por Kristina Ford. Mis queridos amigos Gary Fisketjon, Amanda Urban, Gill Coleridge y Gabrielle Brooks me han vuelto a brindar el lujo de su discernimiento y estímulo, que se han revelado indispensables. Deseo dar asimismo las gracias a Liz Van Hoose, Jennifer Smith, Amy Loyd, Field Maloney y Richard Brody por su gentileza al ampliar el ámbito de mi atención. Agradezco a Alexandra Pringle y Nigel Newton, a Olivier Cohen, a Elisabeth Ruge y Arnulf Conradi, a Claus Clausen, a Jorge Herralde e Inge y Carlo Feltrinelli su confianza en mí. También estoy en deuda con Katherine Hourigan, Lydia Buechler, Carol Edwards y Margaret Halton por su generosidad. Deseo agradecer a Helen Schwartz su imprescindible trabajo sobre las casas de Nueva Jersey, a Deborah Treisman su asesoramiento editorial, a Rachel Bolton su confianza, a Tom Campbell sus impagables consejos y a Debra Allen su amistad hacia esta obra y hacia mí. También es cierto que no habría escrito este libro de no haber conocido a Mike Featherstone, y no se me habría ocurrido que fuera capaz de escribirlo de no haber conocido a Dennis Iannaccone y a Paul Principe, los reyes de la costa de Nueva Jersey.

Por último, quisiera expresar mi eterno afecto y gratitud a Christopher y Koukla MacLehose, por ensanchar mi horizonte visible, y por su perdurable amistad.

R. F.