Quiero dar las gracias a mis padres y a mi hermana, que estarán muy orgullosos de ver este libro en las estanterías. Soy muy afortunado por tener una familia que me apoya tanto.
Doy las gracias a todos los que han leído el libro y me han dado su opinión. No ha sido un sacrificio pequeño el que han hecho. Ahora sé —lo he aprendido— cómo llega a existir una novela. Gracias, Kev Hawkins y Hazel Ryder, por leer los primeros borradores y animarme con palabras que nunca podré olvidar. Gracias, Tanya Atapattu, por tantas cosas, pero sobre todo por cómo me apoyaste cuando más lo necesitaba. Gracias, Phil Bambridge, por tu generosa ayuda y tu lección de ciencia con el capítulo titulado Pródromo.
Gracias, Emma Anderson, por tus incisivos comentarios y tus consejos siempre útiles.
Terminé el primer borrador de esta novela en el Máster de Escritura Creativa de la Universidad de Bath. Gracias de nuevo a mis padres, por su apoyo económico en esa época, y también a mi compañera de piso, Samantha Barron, por soportar conmigo todas las vicisitudes de mis estudios. Gracias a mi tutora en esta novela, Tricia Wastvedt, y a tantos otros profesores y compañeros como Samantha Harvey, Gerard Woodward, John Jennings y Nick Stott.
Gracias, Ellie Gee, por ayudarme con los dibujos de Matthew. Y gracias a la artista Charlotte Farmer, que les ha dado vida en estas páginas.
Tengo una deuda enorme con mi agente literaria, Sophie Lambert (de Tibor Jones & Associates), por sus valiosas observaciones sobre lo escrito y tantas otras cosas. Y gracias a Louisa Joyner y a su maravilloso equipo.
Por último, y sobre todo, gracias a Emily Parker. Por infinitas razones, a ti va dedicada esta novela.