11.15 a.m. CST
El corazón de Emily latía desbocado cuando colgó el teléfono al cabo de un momento. No tenía ni idea de lo que sucedería después, pero trazó sus planes de inmediato y centró su interés en el aeropuerto internacional de Minneapolis, desde donde volaría a Inglaterra. Tenía el tiempo justo para telefonear a su antiguo director de tesis en Oxford, el profesor Peter Wexler, para ver si podía acudir a recogerla al aeropuerto y llevarla a la ciudad. La aventura empezaba a partir de ahí.
Para bien o para mal, la última voluntad y testamento de Arno Holmstrand iba a llevarse a cabo.