5. RETAZOS DE ARRESTO

Es a ti a quien he buscado todo este tiempo,

en esos sótanos ensordecedores, en esas pistas en las que no bailaba,

en un bosque de personas,

bajo los puentes de luz y las sábanas de piel, al cabo de los pies maquillados que sobresalían en las camas en llamas,

en el fondo de aquellas miradas sin promesas,

en los patios traseros de edificios cojos, más allá de las bailarinas abandonadas y los barmans borrachos,

entre los cubos verdes de la basura y los descapotables de plata,

te buscaba entre las estrellas resquebrajadas y los perfumes violeta,

en las manos heladas y los besos espiritosos, al pie de las escaleras oscilantes,

en lo alto de los ascensores luminosos,

en las pálidas alegrías y las oportunidades aprovechadas y las manos aferradas con demasiada fuerza,

y por fuerza tuve que dejar de buscarte

bajo la bóveda negra,

sobre los barcos blancos,

en los escotes aterciopelados y los hoteles apagados,

en las mañanas de color malva y los cielos de marfil, entre las auroras pantanosas,

infancia mía desvanecida.