III

Los cuatro elementos y los doce signos

Los «cuatro elementos» de la tradición astrológica hacen referencia a las fuerzas (o energías) vitales que componen toda la creación que perciben los seres humanos. En una carta natal, los cuatro elementos revelan la habilidad para participar en ciertas esferas del ser y para sintonizar con campos específicos de la experiencia. Estos elementos no tienen nada que ver con los elementos químicos, y en realidad, los trascienden por completo. La carta natal se levanta para el momento de la primera respiración, ese instante en el que establecemos para toda la vida nuestra sintonía con las fuentes de energía cósmica. La carta natal revela, por lo tanto, la pauta individual de energía o de sintonía cósmica con los cuatro elementos. En otras palabras, es un símbolo de las diversas manifestaciones vibratorias que forman la expresión individual en este plano de creación.

Los cuatro elementos (fuego, tierra, aire y agua) representan los cuatro tipos de energía y de conciencia que pueden operar dentro de cada uno de nosotros. Conscientemente, cada persona se siente más en armonía con algunos tipos de energía que con otros. Cada uno de los cuatro elementos se manifiesta bajo tres modos de vibración: cardinal, fijo y mutable. Al combinar los cuatro elementos con los tres modos de vibración se producen las doce pautas primarias de energía llamadas «signos del Zodíaco».

Una manera de comprender estas distintas pautas de energía consiste en analizarlas en relación con su modo de vibración.

El elemento de un signo que esté acentuado en una carta (por un importante emplazamiento planetario en dicho signo) muestra un tipo específico de conciencia y un método de percepción con los que el individuo está fuertemente sintonizado.

Los elementos han sido tradicionalmente divididos en dos grupos: el fuego y el aire se consideran activos y autoexpresivos, y el agua y la tierra, pasivas, receptivas y autocontenidas. Esta diferenciación es de gran importancia si queremos hacer una lectura holista de las cartas natales. Los calificativos que he utilizado hacen referencia al modo operativo de esas energías y al método que utiliza el individuo para expresarse más que a una pauta generalizada —que puede ser fortuita— y rígidamente aplicada a todas las personas de una misma categoría.

Por ejemplo, los signos de agua y de tierra son mucho más autocontenidos que los signos de fuego y de aire porque viven más dentro de sí mismos y no permiten que su energía se proyecte hacia afuera sin una gran precaución y sin haberlo meditado antes. Esto, sin embargo, les permite construir unos sólidos cimientos para la acción. Los signos de fuego y de aire son más autoexpresivos, suelen «sacarlo todo fuera», derrochando sus energías y su sustancia vital sin reservas (a veces ignorando los límites); los signos de fuego mediante la acción directa, y los de aire mediante la interacción social y la expresión verbal. Esta clasificación de los cuatro elementos y el hecho de que los signos que comparten el mismo elemento (por ejemplo, Aries, Leo y Sagitario, todos de fuego) o que pertenecen a elementos del mismo grupo (por ejemplo, Tauro y Piscis = tierra y agua) se consideren de gran compatibilidad tienen mucha importancia no sólo en la interpretación de cartas individuales sino también en el arte de la comparación de cartas o sinastría.

Cada signo de un elemento específico es un modo de expresión distinto de la misma energía elemental y representa un nivel de desarrollo diferente y una pauta de energía distinta.

Los signos de fuego:
Aries, Leo y Sagitario

Los signos de fuego expresan una energía universal radiante, exaltada, entusiasta, y su luz aporta color al mundo. Los signos de fuego poseen una gran vitalidad, tienen mucha fe en sí mismos, una energía sin límites, y son directos y honestos.

Concepto clave:

Características y palabras clave:

Los signos de aire:
Géminis, Libra y Acuario

Los signos de aire expresan la energía vital asociada con la respiración, lo que los yoguis llaman «prana». El reino del aire es el mundo de las ideas arquetípicas que están más allá del velo del mundo físico; en el elemento aire, la energía cósmica se manifiesta en pautas específicas de pensamiento. Los signos de aire tienen una necesidad interior de desligarse de las experiencias inmediatas de la vida cotidiana, para obtener así objetividad, perspectiva y un enfoque racional y reflexivo en todo lo que hacen.

Concepto clave:

Características y palabras clave:

Los signos de agua:
Cáncer, Escorpio y Piscis

Los signos de agua están en contacto con los sentimientos, en armonía con matices y sutilezas que los demás signos ni tan siquiera notan. El elemento agua representa el reino de las emociones profundas y las respuestas a los sentimientos, que van de las pasiones compulsivas y los temores abrumadores a una aceptación de todo lo que nos rodea y un verdadero amor por la creación. Los signos de agua saben de manera instintiva que para poder convertir en realidad sus anhelos más profundos han de protegerse de las influencias externas con el fin de asegurarse la calma interior necesaria para lograr una reflexión profunda y una percepción de lo sutil.

Concepto clave:

Características y palabras clave:

Los signos de tierra:
Tauro, Virgo y Capricornio

Los signos de tierra confían extremadamente en sus sentidos y en la razón práctica. Su innata comprensión de cómo funciona el mundo material les otorga una paciencia y una autodisciplina de cuya falta adolecen los otros signos. El elemento tierra tiende a ser cauto, a actuar con premeditación, a ser más bien convencional. Como saben que su rincón en el mundo es especialmente importante para ellos, la búsqueda de la seguridad es, en los signos de tierra, un objetivo constante durante toda su vida.

Concepto clave:

Características y palabras clave:

Remítase, por favor, a las dos primeras páginas del capítulo V para más detalles sobre cada signo individual y para ver cómo se diferencian entre sí.