[1] P. Mourousy, ob. cit, pág. 28. <<

[2] Seguramente, la mejor biografía de La Harpe es la de A. Boehtlingk: Frédéric-Cesar LaHarpe. 1754-1838, La Baconnière, Neuchâtel, 1969. <<

[3] D. Russia in the age of reaction and reform. 1801-1881, (LHR) Longman, 1992, pág. 14. <<

[4] N. Riasanovsky, ob. cit., pág. 331. <<

[5] M. Heller, ob. cit., págs. 629-630 y 632. <<

[6] D. Saunders, ob. cit., pág. 23. <<

[7] M. Heller, ob. cit., págs. 634-635. <<

[8] N. Riasanovsky, ob. cit., pág. 379. Sobre el Liceo Imperial de Tsarkoie Selo véase H. Troyat, Pouchkine, ob. cit., especialmente el capítulo IV, «Le lycée. Les professeurs». <<

[9] D. Saunders, ob. cit., pág. 35. <<

[10] P. Renouvin, ob. cit., tomo II, págs. 141-145. <<

[11] P. Mourousy, ob. cit., pág. 114. <<

[12] Sobre las relaciones anglo-rusas en este período véase E. Dziembowski, Les Pitt. L’Anglaterre face à la France. 1708-1806, Perrin, 2006, y especialmente las págs. 503 y sigs. <<

[13] P. Hopkirk, ob. cit., págs. 33-34. <<

[14] D. Saunders, ob. cit., pág. 45. <<

[15] H. Vallotton, Alejandro I, Eds. Cid, Madrid, 1967, pág. 98. <<

[16] P. Mourousy, ob. cit., capítulo «Les simulacres d’Erfurt», págs. 186-207. <<

[17] E. Radzinsky, El último zar, Plaza & Janés, Barcelona, 1993, pág. 110. <<

[18] M. Heller, ob. cit., pág. 665. <<

[19] H. Vallotton, ob. cit., págs. 130-133. <<

[20] M. Heller, ob. cit., pág. 667. <<

[21] M. Gallo, Napoleón, Planeta, 1998 (1997), pág. 651. <<

[22] H. Vallotton, pág. 171. <<

[23] Ibídem, págs. 177-178. <<

[24] Ibídem, págs. 193-194. <<

[25] P. Renouvin, ob. y tomo cit. pág. 369. <<

[26] H. Kissinger, Diplomacy, Simon & Schuster, 1994, págs. 82-83. <<

[27] H. Vallotton, ob. cit., págs. 218-220. <<

[28] H. Kissinger, ob. cit., pág. 83. <<

[29] Ibídem. <<

[30] Ibídem, pág. 141. <<

[31] Ibídem, págs. 77-87. <<

[32] D. Saunders, ob. cit., págs. 59-60. <<

[33] N. Riasanovsky, ob. cit., pág. 333. Sobre la introducción en Rusia del concepto de Estado de Derecho, véase H. Oda, «The Emergence of Pravovoe Gosudarstvo (Rechstaat) in Russia» en Review of Central and East European Law (1999, nº 3) págs. 373-434. <<

[34] H. Kissinger, ob. cit., págs. 86-91. <<

[35] H. Vallotton, ob. cit., págs. 227-228. <<

[36] Todo el relato de la muerte de Alejandro está en el capítulo XX de la obra citada de Mourousy «La double mort d’Alexandre Pavlovitch», págs. 376-404, que es la que hemos seguido preferentemente. Esta biografía, terminada en 1998, es la más reciente del misterioso zar. Heller no parece conocer estos últimos datos, ya que escribe: «Ciertos historiadores estiman que la exhumación del cuerpo de Alejandro I, que reposa en principio en la catedral de San Pedro y San Pablo, podría dar definitivamente la respuesta» (ob. cit., pág. 682). H. Vallotton dedica también bastantes páginas a la cuestión y aporta opiniones diversas para concluir: «Tras un examen profundo de estas preguntas respondemos sencillamente: el problema no está resuelto. Sin embargo —continúa— nos inclinamos por la versión oficial de la muerte en Taganrog». Y aporta una serie de hechos en apoyo de su posición. Concluye Vallotton: «La leyenda puede ser bella, muy bella, conmovedora, pero no es más que una leyenda» (ob. cit., págs. 278-280). <<

[37] H. Troyat, Nicolas I, Perri, 2000, págs. 36-63. Véase también del mismo autor, Pouchkine, págs. 372-373. <<