[1] Se han conservado copias de dos importantes documentos relativos a la pérdida de Málaga. Cualquiera que desee hacer un reparto justo de responsabilidades debe tenerlos en cuenta, pues forman, junto con los datos valiosos en el libro del general Asensio, El general Asensio. Su lealtad a la República, la base para cualquier estudio serio del tema. Uno contiene un relato detallado del desastre, presentado el 12 de febrero de 1937 al Consejo Superior de Guerra por el coronel José Villalba, oficial profesional sin lazos de partido, encargado del sector de Málaga en el frente sur; el otro es un informe fechado el 18 de febrero de 1937, al Comisariado de Guerra del caballerista Alberto Fernández Ballesteros inspector-comisario del frente sur. Estos documentos aluden a la ausencia de disciplina y organización militar en el sector de Málaga, a la confusión y al desorden en la retaguardia, a la irresponsabilidad de los oficiales profesionales y lideres de milicias, la lucha entre diferentes bandos con perjuicio de las operaciones militares, los esfuerzos proselitistas desordenados del Partido Comunista, el nombramiento de un número excesivo de comisarios políticos comunistas por Cayetano Bolívar, comisario-jefe politico del sector de Málaga; el abandono de las obras defensivas, la traición de los dos comandantes encargados de las fortificaciones, Romero y Conejo, que se pasaron al enemigo: los suministros inadecuados de fusiles, cañones y municiones; la falta de ayuda de la flota y las fuerzas aéreas, y, finalmente, el descuido del Ministerio de la Guerra en responder a las reiteradas llamadas del coronel Villalba y otros lideres en solicitud de refuerzos y suministros. Una de las figuras más desafortunadas del desastre fue el mismo Villalba, destinado al sector de Málaga después de que las fuerzas del enemigo habían penetrado las defensas del Este en Estepona y cuando todo estaba listo para la derrota. Escogido sin duda por el Ministerio de la Guerra como víctima propiciatoria, fue posteriormente arrestado y puesto en prisión. Sin embargo, después de más de dieciocho meses de internamiento fue disculpado del desastre y rehabilitado. Véase La Vanguardia, 3 de noviembre de 1938. <<
[2] Véase la página 242 de esta obra. <<
[3] Gaceta de Madrid, 30 de septiembre de 1936. <<
[4] Véase, por ejemplo, el artículo publicado en Claridad, periódico de Largo Caballero, 20 de agosto de 1936, al que ya se ha hecho referencia en la página 221 de esta obra. <<
[5] Aunque un Congreso Nacional de la CNT decidió acordar la movilización de los dos reemplazos anunciados por el Gobierno, lo hizo en el entendimiento de que todos los hombres con carnet anarcosindicalista serian reclutados por la CNT para prestar servicio en sus propias unidades milicianas. En Cataluña, el Comité Regional de la CNT declaraba con referencia a esta decisión del Congreso Nacional: «Como sería pueril entregar nuestras fuerzas al control absoluto del Gobierno…, el Pleno Nacional ha decidido que todas las personas comprendidas en los dos reemplazos y que pertenezcan a nuestra organización sindical deberán presentarse inmediatamente en los cuarteles de la CNT o en los sindicatos o comités de defensa [de la CNT], donde se tomará nota de su filiación, edad, empleo, el reemplazo a que pertenece, su domicilio y todos los datos necesarios; se enviará un informe al Comité Regional de Defensa, Nicolás Salmerón, 10; este Comité extenderá los carnets de milicias, que serán entregados a los camaradas inscritos, quienes, por supuesto, quedarán desde ese momento a disposición del Comité Regional, que les asignará la columna o frente designado» Citado por PRUDHOMMEAUX, Catalogne Libertaire, pp. 19-20. Véanse también las declaraciones de los delegados de Puertollano, y el Sindicato de Artes Gráficas de Madrid, en el Pleno de la CNT de la Región Centro, publicado en CNT, 5 de octubre de 1936.
A principios de marzo, el Comité Regional de la CNT de Aragón, al tener conocimiento de las órdenes de movilización del Gobierno, urgió a los obreros de esta región a presentarse en los centros de reclutamiento de la CNT para su alistamiento en las unidades anarcosindicalistas. (Aviso publicado en Cultura y Acción, 3 de marzo de 1937). Menos abierto en su lenguaje, pero no menos claro en sus propósitos, fue el manifiesto del Comité Nacional de la CNT, el Comité Peninsular de la FAI y el Comité Peninsular de las Juventudes Libertarias de 15 de marzo de 1937 —día en que varios reemplazos, de conformidad con las órdenes dictadas por el Ministerio de la Guerra, tenían que presentarse en sus centros de alistamiento (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 9 de marzo de 1937)— urgiendo a los obreros a «encuadrarse inmediatamente en brigadas y ponerse a disposición de los organismos que dirigen la guerra». Publicado en Fragua Social, 16 de marzo de1937. En vista de todo esto, no es extraño que Frente Rojo, órgano comunista, afirmara unas semanas después que en varios pueblos de Extremadura había podido comprobar que hombres que tenían que haberse alistado en el ejército regular en cumplimiento de las órdenes de movilización del Gobierno, fueron apremiados a no hacerlo y estaban siendo organizados en batallones «con determinado sello político o sindical». 22 de abril de 1937. <<
[6] Citado por Máximo de Dios en una reunión de la Junta de Defensa de Madrid, 19 de febrero de 1937. Actas de la Junta de Defensa de Madrid.
Merece notarse que, en respuesta a las demandas comunistas de puesta en vigor del servicio militar obligatorio, Largo Caballero hizo el 11 de febrero una declaración en la que decía, con referencia al Decreto de 29 de octubre de 1936, por el que se disponía la militarización de todos los ciudadanos desde los veinte a los cuarenta y cinco años (Gaceta de Madrid, 30 de octubre de1936), que el servicio militar obligatorio estaba en vigor de hecho y de derecho: «Lo que el Gobierno y el ministro de la Guerra precisan es que las organizaciones políticas y sindicales de toda índole sometan a sus afiliados a la disciplina que se desprende de la disposición de referencia a fin de que cuando los mandos militares crean necesario solicitar el concurso de los ciudadanos comprendidos en la edad militar no encuentren obstáculos de ninguna especie. En tal sentido, estima el ministro de la Guerra que deben hacer sus propagandas quienes sinceramente deseen cooperar a la causa de la defensa del territorio nacional frente a la invasión extranjera y no a base de peticiones a los Poderes públicos alrededor de problemas que ya han sido objeto de disposiciones legales tan terminantes como la mencionada de 29 de octubre de 1936». La Correspondencia de Valencia, 11 de febrero de 1937. <<
[7] Gaceta de la República, 21 de febrero de 1937. Véanse también las manifestaciones a la prensa de JESÚS HERNÁNDEZ, publicadas en CNT, 17 de febrero de 1937. <<
[8] Véase, por ejemplo, declaración del Partido Comunista, publicada después de la caída de Málaga en Frente Rojo, 10 de febrero de 1937; también ibíd., 12 de febrero de 1937. <<
[9] Véase la página 251 de esta obra. <<
[10] LARGO CABALLERO, Mis recuerdos, p. 193; BARAIBAR, artículos en Timón, Buenos Aires, junio de 1940, y España Libre, Nueva York, 1 de enero de 1942; WENCESLAO CARRILLO, carta a Indalecio Prieto, publicada en Mundo, agosto de 1943. <<
[11] Hoy, 5 de diciembre de 1942. <<
[12] «El plan de los rusos, apasionadamente sostenido durante toda la guerra, era fundir los dos partidos —testifica Luis Araquistáin, líder de la izquierda socialista, cuya amistad íntima con Largo Caballero confiere a sus palabras una autoridad especial—. El nuevo partido se llamaría, como se había hecho en Cataluña, Partido Socialista Unificado; pero en realidad sería un partido comunista controlado y dirigido por la Internacional Comunista, y las autoridades soviéticas. El nombre engañaría a los trabajadores españoles y se esperaba que no alarmaría a las potencias occidentales. Stalin quería fervientemente que Largo Caballero, desde el poder y por su enorme autoridad en el Partido Socialista, impusiera la absorción de éste por el Partido Comunista». El comunismo y la guerra de España, pp. 27 y 28. Véase también LARGO CABALLERO, Mis recuerdos, pp. 225 y 226. <<
[13] En una carta dirigida a la Ejecutiva del Partido Socialista en marzo de 1936, proponiendo la fusión de los dos partidos, el Comité Central del Partido Comunista puso, entre otras, las siguientes condiciones; «Independencia completa, vis a vis de la burguesía, y ruptura completa del bloque de la socialdemocracia con la burguesía…, reconocimiento de la necesidad del derrocamiento revolucionario de la dominación de la burguesía y la instauración de la dictadura del proletariado en la forma de Soviets». Publicado en Claridad, 12 de marzo de 1936. <<
[14] Discurso en Madrid, el 17 de octubre de 1937, publicado en La UGT y la guerra, p. 41. <<
[15] Tribuna, marzo de 1949. Véase también a RODOLFO LLOPIS, en un discurso publicado en La Correspondencia de Valencia, 13 de agosto de 1937. <<
[16] Véase el articulo de GINÉS GANGA en Hoy, 12 de diciembre de 1942; también el discurso de Largo Caballero en Madrid, octubre de 1937, como aparece en LARGO CABALLERO, La UGT y la guerra, p. 5. <<
[17] El comunismo y la guerra de España, p. 28; Véase también LARGO CABALLERO, Mis recuerdos, p. 226. <<
[18] Discurso en Madrid, octubre de 1937, tal como aparece en LARGO CABALLERO, La UGT y la guerra, pp. 5 y 6. <<
[19] 16 de febrero de 1937. <<
[20] Freedom’s Battle, p. 126. <<
[21] Ibíd. <<
[22] Esto fue confirmado por Federica Montseny en una carta escrita al autor después de la guerra. Se aprecia especialmente su sinceridad en vista de la poca voluntad que mostraron varios de sus antiguos colegas de Gabinete en facilitar al autor información utilizable referente a la actitud adoptada por ellos. Merece notarse que la posición de los ministros de Izquierda Republicana durante el debate fue reflejada en una alusión despectiva a Asensio, en grandes titulares, en la primera página de Política, órgano nacional de su partido, 21 de febrero de 1937. Véase la nota 41 del presente capítulo. <<
[23] Gaceta de la República, 21 de febrero de 1937. <<
[24] Sobre los ataques en los periódicos de la CNT-FAI, véase Castilla Libre, 19 de febrero de 1937; CNT, 17 de febrero de 1937; Fragua Social, 23 de febrero de 1937; Frente Libertario, 16 de febrero de 1937; Solidaridad. Obrera, 20, 25 y 27 de febrero de 1937. <<
[25] Según MARTÍN BLÁZQUEZ (I Helped to Build an Army, p. 217). Asensio había ordenado en cierta ocasión la ejecución de varios líderes milicianos que se negaban a obedecer sus órdenes de ataque. <<
[26] Vale la pena notar que en su carta al autor (nota 22 del presente capítulo) Federica Montseny confiesa que, juzgando las cosas a distancia, la oposición del movimiento libertario a Asensio fue un error, no sólo por su capacidad excepcional, sino también porque esta oposición ayudó a debilitar a Largo Caballero en relación con los comunistas. <<
[27] Gaceta de la República, 21 de febrero de 1937. <<
[28] Sobre la importancia de este puesto, véase la nota 10 del capítulo 22. <<
[29] Gaceta de la República, 23 de febrero de 1937. <<
[30] Que era simpatizante fue confirmado al autor por Alejandro García Val, miembro del Partido Comunista y ayudante del comandante Manuel Estrada, ex Jefe del Estado Mayor Central. Para más información, véase la nota 32 del presente capitulo. <<
[31] En este departamento, que investigaba los antecedentes de todos los hombres antes de admitirlos en el ejército, Díaz Tendero, sin ser miembro del Partido Comunista, hizo cosas maravillosas por el partido según información facilitada al autor por Margarita Nelken, diputada a Cortes y caballerista, que conocía personalmente a Tendero y se hizo miembro del Partido Comunista en diciembre de 1936. <<
[32] Gaceta de la República, 21 de febrero de 1937. Con relación a la serie de destituciones en el Ministerio de la Guerra. Martín Blázquez, que entonces era ayudante de Antonio Cordón, escribe: «Ya fuera porque mis servicios eran considerados más esenciales, o porque se me consideraba como no demasiado simpatizante del Partido Comunista, no fui destituido del Ministerio como lo fueron otros muchos. Por el contrario, tuve que desempeñar las funciones de Cordón junto a las mías propias. Algunos de mis colegas, incluido el ayudante de campo de Largo Caballero, Díaz Tendero, fueron enviados al Ejército del Norte en Bilbao. Confieso que estaba alarmado ante la contingencia de ser destinado, por venganza, allí también. Estaba muy pesimista sobre las perspectivas de aquel frente. Yo había hecho frecuentes peticiones de suministros para Bilbao, pero todas fueron rechazadas. “No enviaremos nada al ejército del Norte, se me decía. Dejad a los vascos que cuiden de si mismos”. ¿Para qué tienen una república independiente? En vista de esta política miope, ser destinado al Ejército del Norte significaba evidentemente una buena posibilidad de acabar frente a un piquete fascista». I Helped to Build an Army, p. 320. <<
[33] Estos eran, según la Gaceta de la República de 23 de febrero de 1937: José Díaz Alor, Luis Barrero Hernando, Mariano Muñoz Sánchez, Carlos Hernández Zancajo, Manuel Árias Fernández y Julio de Mora Martínez. <<
[34] La Orden Circular hacía referencia especifica al comisario general (Álvarez del Vayo), al secretario general (Felipe Pretel), ambos partidarios secretos de los comunistas (véase la página 245 de esta obra), y a los subcomisarios de guerra, el más importante de los cuales era Antonio Mije, miembro del Politburó del Partido Comunista. <<
[35] Véase Orden Circular publicada en la Gaceta de la República, 23 de febrero de 1937. <<
[36] Frente Rojo, 24 de febrero de 1937. <<
[37] Esta información fue facilitada al autor después de la guerra por Carlos Contreras, comisario-jefe político del Quinto Regimiento. <<
[38] 25 de febrero de 1937. <<
[39] En una carta al autor. <<
[40] Ibíd. <<
[41] Es una referencia a dos cartas abiertas, una a Carlos Esplá, ministro, y miembro de Izquierda Republicana, y otra a la Ejecutiva Nacional de Izquierda Republicana, protestando contra la siguiente alusión al sucesor de Asensio, Carlos de Baraibar, en grandes titulares en la primera página del órgano del partido. Política, 21 de febrero: «Si en las destituciones se cifra el triunfo, no vayamos a encontrar la derrota en los nombramientos». En la primera de estas cartas, Largo Caballero preguntaba a Esplá si Política iba a comenzar «… una nueva campaña de tipo perturbador cual la que me ha obligado a desprenderme de un colaborador eficaz en mi gestión ministerial», y le apremiaba a usar toda su influencia para detenerla. Adelante, 24 de febrero de 1937 .Y en su carta a la Ejecutiva Nacional declaraba que no estaba dispuesto a tolerar una campaña que podría determinar «situaciones desagradables para sus colaboradores de confianza (ibíd.). En respuesta, Política (25 de febrero de 1937) sostuvo que las palabras a las que objetaba Largo Caballero habían sido puestas en imprenta antes de que se conociera el nombre del sucesor de Asensio, mientras la Ejecutiva Nacional afirmaba que no veía en ellas ningún ataque a Carlos de Baraibar. La Correspondencia de Valencia, 2 de mano de 1937. <<
[42] 25 de febrero de 1937. <<
[43] Algunos meses después de la caída de Largo Caballero, cuando los comunistas habían fortalecido aún más su posición, Asensio fue acusado de descuido en el suministro al frente de Málaga de las armas y municiones necesarias y fue encarcelado. (El texto de la acusación aparece en su libro Asensio. Su lealtad a la República, pp. 29 a 62, que fue escrito en la cárcel en defensa de su conducta). Sin embargo, en mayo de 1938 fue puesto en libertad y rehabilitado, en parte por la intervención de amigos influyentes, incluido Diego Martínez Barrio, vicepresidente de la República, y del general Vicente Rojo, entonces jefe del Estado Mayor central, que se convenció personalmente de su inocencia (véanse sus cartas a Asensio, ibíd., pp. 110 y 111), en parte porque habría podido plantear dificultades a sus principales acusadores y en parte porque hubiera sido muy difícil procesarlo —teniendo en cuenta la necesidad que tenían entonces de evitar lo más posible la enemistad entre socialistas y comunistas— sin acusar a su jefe Largo Caballero a cuyas órdenes había estado directamente subordinado como subsecretario de la Guerra. <<
[44] Véase Claridad, 28 de febrero de 1937. Que el ataque de Nosotros contra Largo Caballero había desconcertado a los jefes nacionales de la CNT se puso de manifiesto unos días más tarde en el Congreso Extraordinario de la CNT de Cataluña, cuando el secretario del Comité Nacional se opuso y consiguió derrotar una moción de la organización catalana sobre la necesidad de hacer una protesta contra la suspensión del periódico. Véase Memoria del Congreso Extraordinario de la Confederación Regional de Trabajo de Cataluña, celebrado en Barcelona los días 25 de febrero al 3 de marzo de 1937, pp. 114 a 117. Refiriéndose unos meses después a los ataques contra Largo Caballero que habían aparecido en algunos periódicos de la CNT-FAI. Helmut Ruediger, representante en Barcelona de la AIT, a la que estaba afiliada la CNT, escribía: «El pasado de Largo Caballero, lo conocemos todos, pero lo que no sabían todos los redactores de periódicos confederales de provincia era el hecho de que desde hace algunos meses Caballero se había convertido en factor de lucha contra la influencia comunista y que por lo tanto exigir su destitución era hacer la labor del Partido Comunista de España, como pasó realmente». Informe a la AIT fechado el 8 de mayo de 1937. <<
[45] Claridad, 28 de lebrero de 1937. Es de interés anotar que según el general Asensio (carta al autor), los comunistas, con el apoyo de los representantes de otras organizaciones, habían propuesto a Díaz Tendero como su sucesor en la Subsecretaría, pero Largo Caballero había rehusado apoyar esta propuesta. <<
[46] Como ejemplo de la preocupación de Largo Caballero por la opinión extranjera respecto a la influencia del comunismo en el ejército, véase su discurso en octubre de 1937. La UGT y la guerra, p. 16. <<
[47] En su discurso de octubre de 1937 afirmó que no habla replicado a la campaña que los comunistas habían emprendido contra él desde la caída de su Gobierno cinco meses antes, porque no quería que se dijera que había hecho declaraciones que habían afectado adversamente a la posición de España en Ginebra o desmoralizado a los soldados en el frente. «Os puedo asegurar —añadió— que uno de los más grandes sacrificios que he hecho en mi vida ha sido el guardar silencio por los últimos cinco meses. Pero no me preocupa, pues aunque los calumniadores han clavado dientes y uñas en mi carne, mi conciencia está satisfecha de que mi silencio se hizo en el interés de España y en los intereses de la guerra. La UGT y la guerra, p. 5. Estas consideraciones influyeron sin duda en él durante su mandato. <<
[48] Se refiere a una manifestación en apoyo de Largo Caballero, organizada después de la caída de Málaga por el Secretariado Provincial de la UGT de Valencia, que estaba bajo el control de los socialistas del ala izquierda. En una nota enviada a todas las organizaciones sindicales, políticas y culturales de la provincia de Valencia invitándolas a participar, el Secretariado declaraba que quería mostrar al Gobierno que gozaba del apoyo de la clase obrera. Los comunistas aceptaron la invitación y en una reunión de líderes de las organizaciones locales lograron, gracias a la atmósfera propicia creada por la caída de Málaga, asegurar la adopción de una propuesta de que se presentara a Largo Caballero el día de la manifestación una petición de diez puntos, comprendiendo, entre otras cosas, lo siguiente: servicio militar obligatorio y la depuración de todos los cargos militares de responsabilidad. Que los socialistas de Largo Caballero resintieron la petición queda demostrado por las siguientes líneas de un editorial publicado en su periódico el día antes de la manifestación: «No pidamos servicio militar obligatorio, sino acudamos cuando nos llamen… No debemos pedir nada, debemos darlo todo». Adelante, 13 de febrero de 1937. Véanse también las manifestaciones de Largo Caballero sobre el servicio militar obligatorio, hechas algunos días antes de la manifestación, nota 6 del presente capítulo. Debido a la participación comunista y a la petición, los socialistas del ala izquierda no pudieron utilizar la manifestación, como habían esperado, para reforzar la autoridad de Largo Caballero. <<
[49] Claridad, 21 de febrero de 1931. <<