Notas del capítulo 13

[1] Véase BRENAN en The Spanish Labyrinth, pp. 223-224. Antes de ser declarada fuera de la ley, la CNT había crecido muy rápidamente. «Con la ayuda del sindicato único y el prestigio de sus grandes huelgas —escribe BRENAN (ibíd., p. 224)— no sólo echó por tierra todas las recientes victorias de su rival en el campo andaluz, sino que también invadió los cotos socialistas del centro y del norte. Llevó a sus filas la mitad del gremio de la Construcción en Madrid, uno de los primeros puntales fuertes de la UGT convenció a muchos ferroviarios y se estableció firmemente en Asturias, en el puerto de Gijón y en los grandes yacimientos de hierro de Sama y La Felguera.

Para Caballero, que tenía en sus manos toda la organización de la UGT, constituía un asunto serio: el temor de perder terreno ante la CNT era casi una obsesión para él. Como marxista comprendía la suprema importancia de la unificación del proletariado. Por consiguiente, durante la Dictadura vio una buena oportunidad para hacer algún progreso en este sentido. Posiblemente la UGT hubiera podido absorber a la CNT por completo.

Esta esperanza no se realizó. Al usar los Comités Paritarios (tribunales de arbitraje en las disputas laborales) de la Dictadura, como punto de partida, la UGT incrementó su fortaleza en gran escala en los distritos campesinos del país, en especial en Extremadura, Granada, Aragón y Castilla la Nueva, pero fracasó completamente en Cataluña y no hizo ningún progreso entre el proletariado industrial». No debe olvidarse que la CNT años antes también había tratado de monopolizar todo el movimiento sindical. En un Congreso anarcosindicalista celebrado en 1919 se aprobó una resolución referente a que debería dirigirse un manifiesto a todos los obreros de España, «concediéndoles un plazo de tres meses para su ingreso en la CNT, declarando esquiroles a los que no lo hagan». Citado por H. RUEDIGER, Ensayo crítico sobre la revolución española, p. 25. Durante la guerra civil, Ruediger fue representante en España de la Asociación Internacional de Trabajadores, a la que estaba afiliada la CNT. <<

[2] «El ministro de Trabajo, Largo Caballero —escribe GERALD BRENAN en The, Spanish Labyrinth, pp. 258-259—, había introducido una serie de leyes reguladoras de los derechos de la clase trabajadora en sus relaciones con el capital. La más importante, la de 24 de diciembre de: 1931, estableció las condiciones que habían de reunir todos los contratos entre trabajadores y patronos para ser válidos. Se creá un tribunal para resolver las infracciones. Otra ley, la de Jurados Mixtos, estableció tribunales ante los que las disputas laborales serían resueltas obligatoriamente. Otra ley requería el aviso de ocho días antes de cada huelga. Aparte del hecho de que estas leyes eran contrarias a los principios anarcosindicalistas de negociar directamente con los patronos, e interferían con la práctica de las huelgas relámpago, era evidente que representaban un inmenso incremento del poder del Estado en asuntos laborales. Todo un ejército de funcionarios del Gobierno, en su mayoría socialistas, hicieron su aparición para hacer cumplir las nuevas leyes, y consideraron que, siempre que fuera posible, debían ser utilizadas para extender la influencia de la UGT a expensas de la CNT. Esta había sido, por supuesto, la intención de los que las promulgaron. En efecto, la UGT se convertía rápidamente en un órgano del Estado mismo y usaba sus nuevos poderes para reducir a su rival». Véase también a PEIRATS, La CNT en la revolución española, pp. 35-36; CÁNOVAS CERVANTES, Durruti y Ascaso. La CNT y la revolución de julio, p. 15. <<

[3] Jacinto Toryho, miembro destacado de la CNT-FAI, en Vía Libre, 19 de mayo de 1940. <<

[4] Véase, por ejemplo, a RUDOLF ROCHER, en Anarcho-Syndicalism, p. 116. <<

[5] Declaración de Principios de la Asociación Internacional de Trabajadores, reproducida en Internacional, mayo de 1938. <<

[6] En Solidaridad Obrera, 15 de abril de 1932, según PUENTE, en Propaganda, p. 132. <<

[7] Véanse pp. 104 y 105 de esta obra. <<

[8] Aludido en la p. 106 de esta obra. <<

[9] Discurso publicado en Claridad, 11 de abril de 1936. <<

[10] Solidaridad Obrera, 24 de abril de 1936. <<

[11] Ibíd., 7 de junio de 1936. <<

[12] Véase Claridad, 7 y 9 de julio de 1936. <<

[13] «… La masa obrera estaba desesperada —escribía un agudo observador (MANUEL, The Politics of Modern Spain, p. 167)— y estaba dispuesta para seguir a los más ardientes líderes…» «… en Madrid —decía el diario El Sol, 3 de junio de 1936— vemos el asombroso espectáculo de que la CNT… declare e imponga paros generales, organice huelgas parciales y continuas e inspire criterios de intransigencia y rigidez que causan la desesperación del Gobierno. <<

[14] Para tener alguna idea sobre esto, véase el siguiente material; Discurso de Pascual Tomás, vicesecretario de la UGT, publicado en La Correspondencia de Valencia, 21 de diciembre de 1936; 17 de febrero de 1937; CNT, 26 de febrero y 3 de marzo de 1937; Claridad, 13 de abril de 1937; documento firmado por el Comité Nacional que la CNT y el Comité Ejecutivo de la UGT, fecha 26 de noviembre de 1936, publicado por PEIRATS en La CNT en la revolución española, pp. 252253; extractos de los discursos de delegados en el Pleno de Sindicatos de la Región Centro, publicados en CNT, 8 de octubre de 1936. <<

[15] Véase Claridad, 27 de octubre de 1936. <<

[16] 28 de octubre de 1936. <<

[17] El autor se da cuenta de que algunas personas tal vez no acepten la totalidad de esta afirmación, pero ha sido hecha no sin una investigación muy cuidadosa. En cuanto al número total de personas del campo antifranquista pertenecientes a cada federación, podrían estimarse entre 1 500 000 y 1 750 000, pero no se pueden dar cifras con exactitud. Se han hecho cálculos por encima y por debajo de estas cifras según fuentes de una y otra organizaciones, pero como no hay forma de confrontar su exactitud, nada adelantaríamos con recargar el texto con ellas. <<

[18] En otras palabras, hubiera requerido el mismo número de puestos que las dos facciones juntas del Partido Socialista: la Caballerista que el periódico identifica con la UGT por su control sobre la Comisión Ejecutiva de dicha federación sindical, y la Prietista que controlaba la ejecutiva del partido. <<

[19] 5 de septiembre de 1936. <<

[20] «La organización no debía negarse por la gran parte que en la lucha tomábamos —escribe Horacio Prieto, secretario entonces del Comité Nacional de la CNT— pero el miedo a romper el caudal ideológico del movimiento los respetos a las ideas, a los principios, el miedo a cargar con esta responsabilidad, frenó el impulso y prevaleció la indecisión. El anarquismo español en la lucha política, p. 7. <<

[21] Véase a resolución publicada en CNT, 17 de septiembre de 1936. <<

[22] En una obra no publicada, escrita después de la guerra, comenta un anarcosindicalista que cuando el Gobierno de Caballero se formó, los lideres anarquistas tenían aún escrúpulos doctrinales que les dificultaron unirse a él. «Ciertamente deseaban entrar en el Gobierno, pero pedían que se cambiara su nombre por el de Consejo Nacional de Defensa. El propósito de este cambio puramente nominal era conciliar su deseo ferviente de entrar en el Gobierno con su doctrina antiestatal. ¡Qué infantilidad! Un movimiento que estaba curado de toda clase de prejuicios, que siempre se había mofado de las meras apariencias, trataba de encubrir su abjuración de los principios fundamentales cambiando el nombre… Esta conducta es tan infantil como la de la mujer desventurada que ha entrado en una casa de mala fama y, deseando conservar una apariencia de moralidad, pide que la llamen hetera en Jugar de prostituta». LAZARILLO DE TORRES (Benigno Bejarano), Les morts ne vous pardonnent pas, p. 69. Vale la pena notar que los anarquistas extranjeros, que posteriormente criticaron la entrada en el Gobierno de los libertarios españoles, habían aprobado previamente la idea de un Consejo Nacional de Defensa. «Hay un hecho un poco curioso —escribía Helmut Ruediger, representante en España de la Asociación Internacional de Trabajadores, a cuyo organismo estaba afiliada la CNT—. Resulta que casi todos los camaradas críticos aceptan el programa de dirección del movimiento antifascista por el Consejo Nacional de Defensa, propuesto por la CNT poco antes de su entrada en el gobierno de Caballero. Seamos francos. También se trataba de un programa de ejercicio del poder, sólo que el nombre les era un poco más simpático a nuestros camaradas anarquistas de los otros países». Internacional, julio-agosto de 1938. Ruediger era también director de los periódicos de habla alemana, CNT-FAI-AIT Informationsdienst y Soziale Revolution, publicados ambos en Barcelona. <<

[23] Resolución aprobada en el Pleno Nacional de Regionales de la CNT, publicada en CNT del 17 de septiembre de 1936. <<

[24] 25 de septiembre de 1936. <<

[25] Para hallar algunos de los más interesantes artículos de la prensa anarcosindicalista, véase CNT del 19 de septiembre y 6 de octubre de 1936; Solidaridad Obrera del 30 de septiembre y 2 y 4 de octubre de 1936. <<

[26] Sobre la actitud de republicanos y comunistas, véase, por ejemplo El Mercantil Valenciano del 8 de octubre de 1936 (discurso de Ángel Moliner diputado a Cortes representante de Izquierda Republicana); Treball, de 1 de octubre de 1936, y Verdad, de 22 de septiembre de 1936. <<

[27] 30 de septiembre de 1936. Que ésta era la actitud personal de Largo Caballero fue confirmado al autor por Mariano Cardona Rosell, que se hizo miembro del Comité Nacional de la CNT finales de septiembre de 1936, y fue uno de los miembros de ese comité que dirigió las negociaciones con el primer ministro. Merece notarse también el siguiente extracto de un editorial de Claridad (31 de octubre de 1936): «Tan importante —acaso más— como atender a las necesidades puramente militares de la guerra civil, resulta hoy dar a las instituciones legítimas del régimen un perfil que inspire en el exterior la menor cantidad posible de recelos». <<

[28] CNT, 23 de octubre de 1936. Merece notarse que Horacio Prieto, secretario entonces del Comité Nacional de la CNT, fue uno de los principales defensores de la colaboración en el Gobierno. «Estaba convencido —escribe en El anarquista español en la lucha política, p. 6— de la necesidad de colaboración, ahogando mis propios escrúpulos de conciencia e ideología». Véase también, ibíd., p. 7. <<

[29] Véase CNT, 30 de octubre de 1936, y las manifestaciones de Caballero al corresponsal del Daily Express publicadas en el número de Claridad de 29 de octubre de 1936. <<

[30] LAZARILLO DE TORMES (Benigno Bejarano) afirma en España, cuna de la libertad, p. 83, que los ministros de la CNT comprendieron, después de tomar posesión de sus departamentos, que no podían influir en la guerra o en la revolución. Véase también la cita del artículo de Federica Montseny, uno de los cuatro ministros de la CNT, en la nota número 39 del presente capitulo. <<

[31] La composición del Gobierno reorganizado era como sigue.

Francisco Largo Caballero (Socialista): Presidencia y Guerra.

Julio Alvarez del Vayo (Socialista): Asuntos Exteriores.

Ángel Galarza (Socialista): Gobernación.

Anastasio de Gracia (Socialista): Trabajo.

Juan Negrín (Socialista): Hacienda.

Indalecio Prieto (Socialista): Marina y Aire.

Jesús Hernández (Comunista): Instrucción Pública y Bellas Artes.

Vicente Uribe (Comunista): Agricultura.

Juan García (CNT): Justicia.

Juan López (CNT): Comercio.

Federica Montseny (CNT): Sanidad y Asistencia Pública.

Juan Peiró (CNT): Industria.

Carlos Esplá (Izquierda Republicana): Propaganda.

José Giral (Izquierda Republicana): Ministro sin Cartera.

Julio Just (Izquierda Republicana): Obras Públicas.

Bernardo Giner de los Ríos (Unión Republicana): Comunicaciones.

Jaime Aiguadé (Esquerra de Cataluña): Ministro sin Cartera.

Manuel Irujo(Nacionalista vasco): Ministro sin Cartera.

Los nuevos nombramientos aparecieron en la Gaceta de Madrid del 5 de noviembre de 1936. <<

[32] «La entrada de representantes de la CNT en el actual Consejo de Ministros —decía Claridad, portavoz de Caballero (25 de octubre de 1936)— aportaría seguramente nuevas energías y autoridad al órgano rector de la nación, desde el momento que una zona considerable del proletariado, hoy ausente de sus deliberaciones, se sentiría plenamente vinculada a sus resoluciones y a su autoridad». <<

[33] «Los graves problemas creados por el cerco de Madrid y la necesidad urgente de evitar desórdenes internos decidieron a Largo Caballero a dar entrada a la CNT en el Gobierno y, en consecuencia, a formar un bloque de todas las fuerzas antifascistas del país». ÁLVAREZ DEL VAYO, Freedom’s Battle, p. 215. <<

[34] Véase, por ejemplo, ibíd., p. 216. <<

[35] Véase la resolución aprobada por el Congreso Regional de la CNT de Cataluña en abril de 1937, aparecida en el articulo de P. Bernard (Bernardo Pou) en Universo, 1 de mayo de 1948, en el que se menciona este hecho; véase también el informe de Mariano Vázquez, secretario del Comité Nacional de la CNT, ante el Congreso Extraordinario de la AIT, reproducido n L’Espagne Nouvelle, 15 de marzo de 1939, y a J. Capdevila en Solidaridad Obrera, París, 7 de abril de 1951. <<

[36] 4 de noviembre de 1936. <<

[37] Véase el manifiesto publicada por la Federación Regional de Grupos Anarquistas de Cataluña, reseñado en Tierra y Libertad del 19 de diciembre de 1936. En un manifiesto de la Federación de Grupos Anarquistas del Centro se afirmaba que, a pesar de la entrada de la CNT en el Gobierno, «no hay la menor contradicción con nuestras doctrinas» (Cultura Proletaria, 20 de marzo de 1937). Véase también el discurso de Juan López (ministro del Comercio, CNT), en Solidaridad Obrera de 11 de febrero de 1937; Tierra y Libertad, de 22 de mayo de 1937, 30 de octubre de 1937 y el manifiesto del Comité Peninsular de la FAI, dirigido al movimiento internacional libertario, reproducido en Cultura Proletaria, 23 de octubre de 1937. <<

[38] Internacional, octubre de 1938. <<

[39] En una carta al autor después de la guerra, Severino Campos, que fue secretario del Comité Regional de los Grupos Anarquistas de Cataluña y estuvo presente en el mitin de los lideres de la CNT-FAI, en el que se decidió la entrada de la CNT en el Gobierno, afirmaba que Federica Montseny, opuesta vigorosamente en principio a su nombramiento como ministro, cedió al fin a la presión. Los otros nombrados, decía, no estaban presentes en el mitin. En una carta al autor después de la guerra, Federica Montseny afirmaba que las cuatro personas designadas para representar a la CNT en el Gobierno fueron nombradas por Horacio Prieto, secretario del Comité Nacional. Juan Peiró y Juan López, escribía, representaban el ala derecha, y Juan García Oliver, y ella el ala izquierda. «Conmigo —añadió— [Horacio Prieto] pensaba contener la oposición de los puritanos». En un artículo escrito varios años después de la guerra, afirmaba que ella personalmente nunca había tenido ilusiones en cuanto a la posibilidad de alcanzar algo en el Gobierno. «Sabía, sabíamos todos —continuaba—, que, a pesar de que el gobierno no era, en aquellos momentos, gobierno, que el poder estaba en la calle, en manos de los combatientes Y. de los productores, el poder volvería a coordinarse y a consolidarse y, lo que seria más doloroso y más terrible, con nuestra complicidad y con nuestra ayuda y devorando moralmente a muchos de nuestros hombres» Inquietudes, número especial de Julio de 1947. <<

[40] Véase Fragua Social, 8 de junio de 1937. <<

[41] Discurso en Barcelona, Solidaridad Obrera de 5 de enero de 1937. Véase también su discurso, publicado en Fragua Social de 8 de junio de 1937. «En aquel momento —escribía Federica Montseny en una carta al autor después de la guerra— no veíamos más que la realidad de la situación que se nos creaba: los comunistas en el Gobierno, nosotros fuera de él y muchas posibilidades y todas las realizaciones comprometidas». En un discurso poco después de ser nombrado ministro de Comercio, Juan López, uno de los cuatro representantes de la CNT en el Gobierno, preguntaba: «¿Íbamos nosotros a confiar los intereses de los trabajadores… exclusivamente a los partidos políticos? De ninguna manera». Boletín de Información de la CNT-FAI, 23 de diciembre de 1936. <<

[42] Internacional, junio de 1938. Véase también la resolución aprobada por el Congreso Regional de la CNT de Cataluña en abril de 1937, aparecida en un artículo del P. Bernard (Bernardo Pou) en Universo, 1 de mayo de 1948. <<

[43] Discurso publicado en Fragua Social de 29 de mayo de 1937. Otra razón de la entrada en el Gobierno dada por García Oliver, ministro de Justicia de la CNT, era que a fin de asegurar la ayuda militar de la «burguesía internacional», era necesario «dar la impresión de que no mantenían el control los comités revolucionarios, sino más bien el Gobierno legal». Discurso en Parla después de dejar el Gabinete, publicado en Le Libertaire, 24 de Junio de 1937. <<