27 de octubre

He encontrado la forma de no perder la cordura. Se trata de no pensar en nada; de entretenerme con videojuegos y de mirar vídeos en el ordenador, de pelearme con Mowat y Fossey, de releer mis libros favoritos por última vez y de, simplemente, no pensar.

Los medicamentos que me trae mi padre ayudan. A veces me siento como si la cabeza me flotara cerca del techo. No estornudo tanto como antes, lo cual tampoco está mal. No tengo nada de qué preocuparme, excepto los hurones, y Drew ya me ha prometido cuidar de ellos.

Lo tengo todo atado.

Nadie quiere hablar conmigo. ¿Por qué nadie quiere hablar conmigo? Es como si todos se hubieran largado y me hubieran dejado aquí. Eso sería horrible. Dejar a una adolescente sola, sin nadie con quien hablar aparte de su diario, tiene que ser delito; malos tratos infantiles o algo así, ¿no?

Por lo menos mis amigas podrían pasarse a ver si estoy bien, ¿no? Bueno, espera: Rachel no puede venir, está muerta. Qué tonta. Bueno, a lo mejor viene Mackenzie. A veces era buena amiga, sobre todo cuando no se obsesionaba con ser más guay que todos los demás de la isla. ¿Sabe que estoy aquí encerrada? No se lo he podido contar porque los malditos teléfonos se han estropeado. Tendría que venir y llevarme con ella a Los Ángeles. Conoceré a todas las estrellas de cine. Además, ¿para qué necesito a mamá, a papá y a Drew? Drew tiene sus planes y papá está siempre ocupado con cosas médicas. Si los dos son tan listos como se creen, ¿por qué ninguno de los dos ha logrado detener el virus? No, no los necesito. Debería haber subido al ferry cuando aún podía.

Papá me ha traído la comida. O a lo mejor era la cena. ¡Hamburguesa con queso! Le he pedido que se quedara a comer (o a cenar, o lo que sea) conmigo y se ha sentado un rato. Pero lleva ese traje de plástico asqueroso que cruje cada vez que se mueve y esa cosa blanca en la cara: ni siquiera se le ve la boca cuando habla, es horrible. Le he dicho que quería que hablara sin eso, pero él ha contestado que tenía que irse. Entonces le he contestado que eso era una estupidez. Se ha enfadado y se ha ido. ¿Qué coño le pasa a mi padre? Yo quería salir a ver cómo le va a Meredith, pero me ha encerrado aquí. ¡Mi propio padre! He gritado y gritado, para ver si alguien me ayudaba a abrir, pero nadie me escucha, no le importo a nadie, y la ventana está ahí, pero es demasiado alta para saltar. Me pregunto si

¡Eh! ¡Acabo de ver a una mujer en el jardín de la casa de al lado! He abierto la ventana y he intentado hablar con ella, pero la tipa me ha mirado con cara rara y se ha metido en su casa. Que borde, ¿no? Yo solo quería hablar. Estar aquí sola es espantoso. ¿Por qué todo el mundo es tan horrible conmigo? ¿Qué he hecho mal?

Tiene gracia: cuando he visto a la mujer esa, lo primero que he pensado ha sido que era Tessa; pero no, era demasiado mayor y encima tenía el pelo castaño y no rojizo. No la he visto bien hasta que he abierto la ventana. Aunque, bien pensado, Tessa no vendrá. No le he gustado nunca en realidad no le gusta nadie. Solo quería a alguien que encontrara los cadáveres por ella me di cuenta enseguida vaya que sí. ¿Aún querrías ser su novio si supieras eso, Leo? Te mintió sobre lo que pasaba en la isla y yo nunca te habría mentido. No entiendo cómo

¿Y por qué te fuiste tú? Lo único que echaba de menos de esta asquerosa isla eras tú y entonces vas y te largas y me dejas aquí sola. Te echo de menos. Si vuelves te prometo que te perdonaré todos los

Está aquí me tengo que ir tengo que