Agradecimientos
«Dorado», el poema que se cita en el capítulo «La Reina Hada», es una obra inédita de Dvorah Simón y se usa con permiso de la autora.
El tsunami del 26 de diciembre de 2004 en el océano Índico será largamente recordado por la devastación que causó en muchas comunidades costeras. Meses más tarde, la BBC informó de un inquietante efecto secundario del desastre: con el tsunami murieron más mujeres que hombres, hasta un ochenta por ciento en algunas de las zonas más castigadas. Estas mujeres estaban en casa con sus hijos ese domingo mientras sus maridos pescaban en el mar o hacían recados tierra adentro; había mujeres esperando en la playa a que los pescadores regresaran, y mujeres que no tuvieron la suficiente fuerza física como para aguantar mientras la ola lo barría todo a su paso. Los representantes de las organizaciones humanitarias comentaron el impacto social de este desequilibrio de géneros, incluyendo los traumas psiquiátricos de varios hombres recién enviudados, e «informes de violaciones, acoso y matrimonios forzosos en campamentos de emergencia por toda la zona». El profesor Sivathamby, de la Universidad Colombo (Sri Lanka), declaró: «Los hombres solo son los que procuran el sustento. Las mujeres son la columna vertebral de la familia. Sin ellas, solo hay inestabilidad».
Para mí el Caribe es la nueva cuna de la humanidad. Me resultó fácil imaginar un planeta entero así, con gente de todos los rincones del mundo. También me influyeron las historias reales de las Aldeas Pestalozzi y las Aldeas Infantiles SOS que se fundaron después de la Segunda Guerra Mundial para los huérfanos de guerra de todas las nacionalidades. Una tercera fuente de inspiración vino de Ray Bradbury, no solo por su historia «Eran morenos, y de ojos dorados», que se cita en el primer capítulo, sino también por «Un camino a través del aire» y «El otro pie», que describen a los afroamericanos de los años cincuenta que huyen de la segregación y fundan una colonia en Marte.